Un día habitual

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El ligero roce del viento en su rostro lo hizo pensar. Levantaba un poco algunos de sus mechones de pelo, y le acariciaba las mejillas con delicadeza. Igual a dentro de SAO, pero, era distinto. Claramente, era muy diferente sentir la brisa en la realidad.

Un tacto suave y algo imperceptible, pero con gran presencia al chocar con tu cara, te puede hacer mover tu mundo si desea.

La realidad virtual era muy realista, sí. Sin embargo, seguía siendo muy distinto. Esas pequeñas diferencias en el sentir que te recordaban la delgada línea que separaba la virtualidad con lo real ─cada vez más delgada─, hacía que pudieras reconocer a dónde perteneces de verdad.

Era un costante recordatorio que lo aturdía un poco cuando estuvo dos años de su vida fuera de ahí. Pero, para él se sintió como mucho más.

Casi como que hubiera tenido toda una vida.

Pero ahora son cosas del pasado, y nunca volverán esos días en el viejo Aincrad.

Sin embargo, no todo lo que conocía se quedó en ese mundo que ya no existe. Se traspasaron barreras, y lo que hace dos años recordaba como su vida allí en el mundo real, era casi como si estuviera de vuelta en el gran castillo de hierro por la compañía de ciertas personas.

Desde que regresó, y todo volvió a su lugar, se habían sumado varias cosas que cambiaban drásticamente la rutina que solía llevar antes. Lo que hace dos años consideraba como un día habitual, ahora ni siquiera se asomaba algo semejante.

Pero, no se quejaba. No cuando lo acompañaba aquella que logró formar parte de sus días comunes en el juego de la muerte.

El tener a Asuna de frente, en el mundo por el cual lucharon tanto por regresar, y simplemente tocarla le era mágico.

El sólo verla sabiendo que era real le parecía mágico.

Entonces el posar sus ojos en ella, admirándola, y caminar unos cuantos pasos para estar juntos durante la hora del almuerzo en su escuela, o regresar juntos el camino que los llevará a casa era maravilloso.

Asuna Yuuki, nombre completo de la gran sub-comandante del gremio más fuerte de SAO, con una belleza y fama que la trascienden incluso en la realidad, pasó a formar parte de lo que antes creía habitual.

Nunca antes se hubiera podido imaginar su vida con la presencia de alguien como Asuna. Y ahora no se la puede imaginar sin ella.

Sí, la constante repetición de verse en la escuela, pasar el tiempo juntos cuando se puede y comer juntos, lo amaba. Amaba lo que ahora se podía definir como habitual en su vida.

Le encantaba esa nueva rutina.

─¡Kirito-kun! ─le saludó la castaña que cambió todo lo que conocía, esperando pacientemente a que el de cabello negro acortara los pasos que los separaban.

─Kazuto, Asuna. Recuérdalo, Ka-zu-to.

Ella se tapó la boca avergonzada, aún no pudiendo acostumbrarse a ese cambio.

─Kazuto-kun. ─dijo segura, mirándolo a los ojos mientras sus mejillas se coloreaban de un ligero rojo.

Él se sentó con su corazón emocionado.

Ya no estaban en SAO, pero seguían juntos. Ya no podía ir de caza o realizar alguna quest, pero ella le seguía acompañando. Ahora la mayoría de miradas que recibía eran de sorpresa, y una de las razones era porque Asuna estaba a su lado.

Ambos se acercaron un poco más y juntaron sus manos, adorando sentir la calidez del otro. Y sonrieron, por el momento que logran vivir.

Así como apreció el pasar del tiempo en aquel juego por ella, ahora lo apreciaba aquí.

Amaba sus días en Aincrad. Y ahora, amaba mucho más sus días en la realidad.




















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La idea original que tenía era que fuera corto, pero más largo mejor uwu

Ok, cuando vi este tema inmediatamente vi que podía tener relación con el drabble que hize la week pasada, y pues sí salió! Honestamente me gustó mucho, espero que a ti también lector uwu

¡Gracias por leer!

Día habitual ⚘ 𝘀𝗮𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora