Bonita incomodidad

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Lanzó un enorme suspiro cansado, al tener frente a sus ojos el portón de la casa Yuuki. Asuna quien estaba a su lado, al escuchar aquel suspiro de parte de su esposo, le tomó de la mano y sonrió de igual manera cansada.

─Vamos Kirito-kun, prometimos asistir a la comida ─el nombrado giró su cabeza, para poder ver la sonrisa de apoyo y comprensión que le brindaba la ex Yuuki ─. Sólo comemos y nos vamos, ¿está bien?

─No sé ─respondió desviando la mirada hacia más arriba, comtemplando la altura de la casa ─. No deberíamos irnos tan rápido si sólo es por mi, está bien si aprovechas esto para ponerte al día con tu familia. ¿Kouichirou también vendrá, no?

Asuna bajó la mirada ante las palabras de Kazuto. Pensando en la idea que, no sonaba mal.

Y el pelinegro de verdad no quiere privar a su esposa de su familia sólo porque es demasiado incómodo cuando van a la casa de ellos. Y no, no es que al señor Kirigaya le caigan mal sus suegros, pero, aún incluso después que lograran tener la bendición de la señora Yuuki para casarse, el ambiente seguía siendo algo tenso respecto a ella.

A Kazuto aún le costaba un poco lidiar con el rostro tan serio y fino de la matriarca Yuuki.

─En serio, está bien Asuna ─él habló sacando a la mujer castaña de sus pensamientos ─. Entremos y quedémonos el tiempo que creas suficiente.

La Kirigaya esbozó una sonrisa, y con ánimos se acercó a la puerta de la que anteriormente fue su casa.

Tocó la puerta y esperó, pero no mucho ya que poco después el rostro de su hermano la recibió con una gran sonrisa.

─¡Asuna!

─¡Kou-nii!

Ambos hermanos se unieron en un fuerte abrazo, felices de verse después de un largo tiempo.

─Pasen, pasen ─dijo Kouichirou haciéndose a un lado dejando pasar a la pareja ─. Que gran gusto verte Kazuto.

─Lo mismo digo Kouichirou.

Le sonrió a su cuñado y las tres personas pasaron al vestíbulo, donde se encontraba Shouzo Yuuki.

─¡Hola papá!

El hombre al ver entrar a su querida hija, se acercó apresurado de ir a su encuentro.

─¡Bienvenida Asuna!, me alegra mucho verte ─el hombre abrazó gustoso a su hija mientras sonreía ─. Que bien que hayan podido venir.

─Ambos nos pudimos dar un respiro con el trabajo ─comentó Kazuto acercándose, dándose un apretón de manos con su suegro una vez se terminó el abrazo entre él y su hija.

─Kazuto, es bueno verte. ¿Cómo vas con tu proyecto?

─Va por buen camino.

La sonrisa de orgullo del Kirigaya lo decía todo. Después de muchos estudios, Kazuto trabajó duro para poder convertirse en un desarrollador como quería, y hace un buen tiempo que estaba trabajando en una idea que lo tenía muy emocionado. Era su proyecto personal.

─¿Y mamá? ─preguntó Asuna, al no ver a su progenitora en ningún lado.

─Ella ya se encuentra en el comedor ─respondió su hermano ─. Será mejor que ya nos vayamos a sentar, la comida ya esta servida, sólo los estabamos esperando.

Todos se encaminaron al comedor, mientras hablaban de cosas triviales al cruzar el largo pasillo que los conducía. Al llegar a las puertas, fue el señor Yuuki quien las abrió, dando paso a sus hijos y a su yerno.

─Vaya, finalmente llegan. ─el porte recto de Kyouko en la mesa fue lo primero que se vio al abrir las puertas.

─Gusto en verte mamá.

Bonita incomodidad ⚘ 𝘀𝗮𝗼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora