Cerca de su puerta, podía escuchar el sonido de las llaves siendo agitadas y el del seguro de la puerta ser aplicado. Después se escuchaban pasos, calmados a como suelen ser en otras veces. Son cuatro pasos los que logra oír claramente a pesar del obstáculo en medio y todo por que su vecina pasa cerca de su puerta; como debe ser si quiere llegar a las escaleras.
Y cuando los pasos son casi inaudibles, él sale, y repite los mismos pasos que su vecina hizo con su puerta del apartamento 208. Al girar su cabeza, todavía puede distinguir una parte de su cabeza hasta que se pierde bajo las escaleras, y él avanza.
Cada día es igual, desde que aquella joven se mudó al lado suyo. La ha visto. Cuando sale y cuando vuelve, oye sus pasos, y se los imagina. Coinciden en muchos lugares, y es tanta la regularidad, que tiene miedo que empieze a pensar que es algún acosador. Si es que lo ha visto.
Por eso, siempre trata de salir después de ella. No cree poder antes, no se despierta tan temprano.
Y, si no le ha hablado, es por que no se le ha presentado la oportunidad. Y, por que no quiere.
El haber sido un adicto a los videojuegos en su adolescencia ─y actualmente, para que mentir─ lo que ocasionaba que casi no saliera y por ende no ser la mejor persona del mundo para socializar, le está cobrando factura.
Y es que aparte de eso, era una chica.
Una hermosa chica.
¿Cómo iba a poder siquiera parársele en frente y hablar como cualquier persona lo haría sin antes verse como un tonto?
O tal vez como un niño nervioso.
Bajó las escaleras suspirando. A ese paso el creía, que podía terminar mudándose sin siquiera haberle dirigido una sílaba.
¿Cómo puede demostrar sus modales, sin antes una presentación?
Ella se mudó hace cuatro semanas, en poco se cumple un mes, y para ese entonces, ella ya tendría que saber por la vecina chismosa que hay un chico viviendo justo al lado de ella. Y para ese entonces ella ya lo estaría catalogando como un vecino ermitaño porque ni siquiera pasó a saludar.
En el último tramo de las escaleras la ve de lejos, con un sencillo vestido blanco con unas cintas rojas, una bolsa del mismo color colgando sobre su hombro y lleva unos tacones negros. Su dirección cambia y se va hacia la derecha, perfecto, que él va hacia la izquierda.
La linda vecina sigue su camino y se sale de su vista. Ese día planea ser un verdadero ermitaño, salió a comprar una pequeña despensa y cuando regrese no planeará salir y no permitirá que entre la luz del sol. Así que, se va reclamar internamente, porque va a cumplir el papel que la linda vecina tiene sobre él.
Cuando regrese, todo seguirá igual.
• • •
Se detiene en seco cuando la ve sentada y metida en su celular, esperando su tren.
Y él lo sabe. Sabe que toman el mismo tren. Él para la universidad y ella... Supone que también. O probablemente se vaya por otros lares que él desconoce.
Se sienta a una distancia prudente, pero donde aún puede verla bien. Saca sus audífonos y escucha una canción al azar de su lista de reproducción.
Una melodía baja se empieza a reproducir mientras la mira a ella, la melodía es tan baja y que por el barullo de la gente alrededor es como si no escuchara nada. Tiene un toque misterioso como esos ojos mieles, que sufren de cambios casi imperceptibles en sus pupilas, pero que él puede notar. De repente hay un leve toque de batería que cambia el rumbo y coloca un nuevo compás, rompiendo de vez en cuando los sonidos fantasiosos que estaban desde ahí antes, y ese toque vuelve a suceder cuando sus ojos brillan y se ve como se ríe. Y la música cambia por completo, en una mezcla de varios instrumentos que crean una atmósfera fantástica de bellos sonidos mágicos que se irrumpen con un fondo de algo nuevo por descubrir.
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Día a día ⚘ 𝘀𝗮𝗼
Fanfiction# KIRIASU ⸻ Día a día Kazuto veía salir a su vecina y pasar por el pasillo, la veía cuando esperaban el mismo tren, la veía cuando iban a la misma tienda cerca del complejo de apartamentos donde viven. Nunca hablaban, nunca interactuaban. Ni siquier...