Grita.

Capitulo 1

Cierto la puerta de mi cuarto, bostezo y me tumbo en la cama. Luego pienso que quizás tengo sangre en el pelo y me da asco. Me levanto perezosamente, me quito el vestido y la ropa interior y salgo desnuda de la habitación en dirección al baño.
Me lavo a conciencia; me froto las manos concienzudamente y utilizo un cepillo para quitarme la sangre de debajo de las uñas. Me lleno el pelo de champú y acabo perdida de espuma, cuando lo aclaro la vieja ducha se atasca un momento y un círculo de jabón se queda alrededor del desagüe. Me quedo mirando la línea rosada de champú blanco teñido con la sangre de mi amigo y sigo sin sentir nada especial. Cojo una toalla y me la ato al cuerpo mientras escurro el pelo en el lavabo y le paso un peine.
Una vez seca vuelvo a mi cuarto también desnuda, me pongo ropa interior limpia y un chándal que me queda grande.
Miro la ropa que dejé tirada en el suelo y resoplo por tener que guardarla; la cojo y voy hacia el cesto de la ropa pero por alguna razón siento que no es justo lavarla y doblo el vestido, sucio como está y lo dejo, junto a la ropa interior que llevaba, debajo de la cama.
Cuando todo está recogido cojo el portátil y miro el Facebook de Marcos.
Todos sus amigos y familiares están ya escribiendo en su perfil.
Laura Esteban dice que nunca dejo de quererle aunque rompieron; patético.
Ernesto Valverde le llama crack y dice que era un profesional increíble; era un médico normalillo.
Su hermana Cristina Hernández le dice que es un ángel y que vive en las estrellas; eso si me parece bonito.
Su madre debe estar demasiado afectada para escribir pero su padre le llama pececito como cuando era pequeño y lo acompaña de un emoticono de un corazón azul.
Sigo bajando por la pestaña de comentarios, llena de la hipocresía de gente que a Marcos ni siquiera le caía bien, hasta que mi madre entra sin llamar.
-¿Como estás cielo?- pregunta esforzándose por sonar dulce.
-Bien, ¿por?- la digo distraída en la pantalla
-¿Que miras?- se acerca hasta mi cama y se sienta a mi lado mirando el ordenador- ¿No crees que es un poco pronto para estar metida en su Facebook?
-No. - respondo seca y ella se levanta con un suspiro
-Como quieras, si necesitas algo estoy en el salón. La chica de la comisaría ha llamado para decir que espera que decidas ir la funeral, dice que Marcos te habría querido allí y que espera conocerte. ¿Quien es esa chica, Monica?¿Es amiga de Marcos?¿Familia?
Como no la respondo sale frustrada sin decirme nada mas y cierra la puerta. Una vez sola dejo el ordenador en Stand By y me permito recordar las últimas horas.

-¡MARCOS!
-Monica no me grites- se ríe entrando a la cocina cargado con los platos de la cena.
-Perdona, pensaba que seguías en el salón.- le ayudo con los platos y los dejo en la pila.-¿Quieres una cerveza?
-No, estoy bien. Pero creo que César si.
-Pues que se levante a por ella- cojo una cerveza para mi y llevo a Marcos fuera de la cocina.- Mamá nos vamos a mi cuarto.
-La puerta abierta-No aparta la vista de la tele.
-Si, como si tuviera 15 años.
-Monica eres muy borde con tu madre- me dice su novio mientras le da un masaje en los pies.
Como se que lo que más les molesta es que me quede callada les ignoro, agarro a Marcos de la mano y entramos a mi cuarto.
-Disfrutas haciéndola sufrir, ¿verdad?- pregunta cuando cierro la puerta y pongo la música alta para que no puedan oírnos.
-No te imaginas cuanto. No te soporta.-me siento en la cama y le doy un sorbo a la cerveza.
-La entiendo-se sienta a mi lado-. Si una hija mía apareciera en casa con un tío que la saca 10 años le cortaría las pelotas.
-Entonces menos mal que no tienes hijas-me quita la cerveza y le doy un manotazo- has dicho que no querías.
-Te quejas por todo, eres una cría. - me tira de un mechón de pelo y yo le muerdo la mano.
-Dejaste a Laura porque no le gusta Star Wars. Tu si que eres un crío.
-Es que ¿a quien no le gusta Star Wars? Hasta a ti te gusta y tu lo odias todo.
-Gracias. ¿Te quedas a dormir?
-Tu madre me odia ¿quieres que me acuchille mientras duermo?
Me rio y le alboroto los rizos castaños.
-¿Te da miedo Clara?- me burló de él.
-Si, y mucho; se supone que soy un buen partido, soy médico, conmigo no vivirías debajo del puente que vas a vivir como artista.
-Oye que mis fotos son buenas.- me subo a horcajadas sobre su regazo y le aplasto la cara con las manos.
-Y tus dibujos más- me inmoviliza los brazos con una mano y con la otra se acerca despacio a mi costado.
-¿Que haces? ni se te ocurra Marcos. ¡MARCOS! No, ¡cosquillas NO!
Me rio y me contorsiono hasta que me duele la tripa y acabo tumbada en la cama con mis piernas encima suya.
Pasamos un rato más riéndonos, criticando a mi madre, hablando de sus amigos.
-Me tengo que ir, fea- me da un golpe suave en el muslo y se levanta.
-¿Trabajas mañana?- me apoyo en los codos y le miro.
-Si, ¿nos vemos el jueves? Podemos ir a ver la peli que te gustaba.
-Te acompañó a la puerta.
Pasamos detrás del sofá en el que están acurrucados mi madre y César y abro la puerta de casa. Me quedo apoyada en el marco mientras él recoge su camisa del perchero y se la pone sobre la camiseta negra.
Está apunto de enganchar el primer botón cuando se me queda mirando fijamente.
-¿que coño miras?
El sonríe y se vuelve a quitar la camisa.
Me la tiendo y yo la cojo.
- Como sigas dándome tus camisas vas a empezar a pasar consulta en topless.
Sonríe otra vez
-Valdrá la pena con tal de ver la foto que vas a hacerte con ella.
-Pareces muy seguro de que me voy a hacer una foto.
-Te sigo en Instagram, Mon.
Suelto una risilla
-Hablamos mañana.- le digo
Me coje las mejillas y me da un beso en al frente. Yo me acerco a él y le abrazo por la cintura, el me devuelve el abrazo y me acaricia el pelo.
Media hora después de que Marcos me haya dejado aquí sola con Maléfica y su cuervo me quito la camiseta y el sujetador y me pongo su camisa abrochando solo un par de botones. Me recojo el pelo de mala manera y busco mi cámara Polaroid antigua.
Me hago una sola foto y dejo que la cámara la imprima.
Dejo la instantánea secando en mi escritorio y me meto en la cama. Entonces aún no sabía que aquel beso en la frente que me había dado Marcos antes de irse sería el último.

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