Pequeño one shot que tenía guardado como borrador, espero puedan disfrutarlo...
¡¡¡Es estúpido!!!
¿Cómo puede afectarle algo así?, Es la infame Nakiri Erina, ella no puede tener complejo de inferioridad, la tienen en un pedestal, cuenta con su pequeña tribu de hombres que morirían por estar con ella. Es la número uno, claro que sí...
Las cosas del amor son estupideces, irrelevantes, menos que nada.
Entonces...¿Por qué?...duele...tanto...
¿Porqué su pecho duele?
[...]
*TOC-TOC*
—E-ri-na— la niña de cabellos blancos y ojos carmesí llama a la puerta —Oye, ¿Estás ahí?—
—Vete Alice— su voz desganada —No quiero verte—
La había pasado mal, fue uno de sus peores días, se supone que debía ser memorable, pero no de la manera que lo fue. Solo quería estar un rato a solas con él, convivir, empezar con la trivia de preguntas de una charla normal.
Quizá, y solo quizá... Debió haber sido más rápida.
Ahora la carcome, todo su buen humor lo tiró a la basura, el hermoso jardín de rosas y mariposas que creció en su estómago se esfumó, fue incinerado y convertido en cenizas.
—¡Permiso!— Alice pateó la puerta, fue realmente impresionante, aunque no consiguió ninguna reacción de la rubia tirada en la cama qué tal parece ni le efecto en lo más mínimo.
Parecía una muñeca, una muy fina y de porcelana, con su cabello dispersado en la cama, con sus ojos nublados, mirando al techo y buscando respuestas para el lío en su cabeza.
—¿Qué mierdas te pasa?— gruñó la albina pues le irritaba el escenario, Erina se levantó asombrada por lo tosca que fue con su pregunta.
—Eres una malhablada— bufó.
—¿Te rechazó?— su tono fue más apacible, pues sabía lo que ese día significaba para su prima.
—Ni siquiera pude hacerlo— volteó su cabeza ocultando la en una almohada, como si haber dicho aquello la hubiese roto.
Alice fue hasta la cama, se sentó a un lado y le acarició los rubios cabellos a Erina, ella solo dejó ver la mitad de su rostro, había lágrimas inundando sus hermosos ojos, qué pena, unos ojos así no deberían llorar, empaparon la almohada, poco después mojaron la falda de Alice pues ésta le había invitado a cargar el rostro en su regazo.
Justo ese día, cuando ella se había armado de valor, cuando práctico mil veces con el espejo, cuando se había empeñado en lucir linda y encantadora, alguien más se le adelanto...
La reina del bronceado perfecto, de las proporciones épicas, de la ropa que deja todo a la imaginación, la otra rubia de ojos esmeralda, Mito Ikumi.
Fue el último día de clases de su tercer año, las emociones estaban a flor de piel, se acababa una faceta de emociones y experiencias vividas, luego de la graduación cada quien escogería su camino, pero a diferencia de los demás, Erina se queda en Totsuki, para ella significa no ver más a cierto pelirrojo de ojos ámbar al cual llegó a tener en alta estima, incluso más allá del respeto mutuo llegó a sentir que...lo...amaba...
Pero eso no pudo ser, lo vio en los pasillos de la escuela, mientras Mito lo tenía contra los casilleros, tomando de él, un beso fugaz. Erina presenció ese acto de principio a fin, los tortolitos fueron atrapados por la mirada amatista, su primera reacción fue la de huir, salir corriendo cuanto le fuera permitido, fue más allá de lo que pensó, más allá de dónde pudieran alcanzar la.
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¡Superado!
FanfictionNo hay nada peor que ser un amor no correspondido, excepto claro, beber con las amigas por esa noble causa!!!...