Capítulo treinta y siete.

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¡Soy tan estúpida! como fue que no pensé en el riesgo de quedar embarazado o contraer una enfermedad de transmisión sexual después de haber participado en semejante "fiesta"

Pero... ¿Cómo es que vamos a llegar al hospital y pedir que nos revisen? vamos a tener que dar cientos de explicaciones, esto podrá ser muy normal para Bloo, pero para mí... es demasiado vergonzoso.

No dije una sola palabra durante el camino al hospital, estaba sumida en mis propias preocupaciones, al llegar bajamos del auto y esta vez podía caminar por mi cuenta apoyándome en las muletas.

–Buenos días... –saludó Bloo y en la ventanilla de información.

¡Rayos! quiero esconderme en algún lugar, literalmente usé a Niahn como escudo colocándome detrás de él mientras esperábamos a un par de metros de Bloo.

–¿Qué te sucede? –cuestionó Niahn–. ¿Te dan miedo los hospitales? Te entiendo, tampoco me gusta estar aquí, pero Loopy me pidió que los trajera.

¡Oh no! Loopy le contó a Niahn lo que sucedió la noche anterior... no puede ser... ahora tengo vergüenza con Niahn también. ¡Tierra trágame! Pero...

–¿Y porque Loopy, Nafla y Liz no han venido también? ¿Por qué solo Bloo y yo debemos revisarnos? –cuestioné.

–¿Qué? –Niahn sonrió confundido–. ¿Porque iban ellos a revisarse... a que te refieres?

–Pues...

–Muchas gracias –Bloo giró hacia nosotros mostrando dos pedacitos de papel con números impresos–. Tengo los turnos para la enfermería, ahora tenemos que ir a la sala de espera –empezó a caminar.

–¿Qué números tienes? –cuestionó Niahn mientras caminábamos detrás de Bloo.

–Cincuenta y cincuenta y uno –dijo Bloo sin dejar de caminar.

Llegamos a la sala de espera, la pantalla empotrada a la pared mostraba el número del turno cuarenta y uno, nos sentamos para esperar.

Niahn y Bloo platicaban sobre algo y no me interesaba saber acerca de qué, yo estaba ocupada dándole vueltas a mis propios pensamientos.

Mi pie tenía un ataque de nervios, no podía dejar de moverlo mientras veía los segundos pasar en el reloj de la pared. ¿Cómo puede pasar el tiempo tan despacio? Esto es una tortura, suspiré y apoyé mi cabeza hacia atrás en la pared, cerré mis ojos por un momento...

–Ey Danbi.

–Hmm... –me quejé al despertar, pero me costaba abrir los ojos.

–Despierta –mi cabeza era movida ligeramente.

–¿Qué...? –abrí mis ojos lentamente y levanté mi cabeza que reposaba sobre el hombro de Bloo–. ¿Me quedé dormida?

–Si, y roncabas como tractor viejo –Bloo se repuso en su asiento ya que había bajado su altura.

De no haber sido por aquel comentario le hubiera dado las gracias por servirme de almohada.

–Yo no ronco... –le hice una mueca.

–Ten –me entregó el turno–. Pronto será nuestro turno, que te revisen primero a ti.

–De acuerdo –tomé el papelito y vi en la pantalla el número de turno cuarenta y nueve–. ¿Y Niahn?

–Fue a comprar un refresco.

–Ah... –asentí–, bien...

–Sí, bien –él rio–. ¿Estas despierta o sonámbula? –chasqueó sus dedos frente a mi rostro.

RUDEWhere stories live. Discover now