"La vida que se fue"

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Antes de que Nick la abandonara, Cate era una mujer feliz, entusiasta y siempre positiva ante toda situación. Me acuerdo ese momento en el que ella me dijo que estaba embarazada, me miro con esos ojos grandes y azules, y bajo su sonrisa amada por todos, reveló la noticia. Después de ser abandonada se convirtió en una persona totalmente diferente.

Esos 6 meses habían sido duros, Cate paró de comer, casi no hablaba, su felicidad no estaba. En cuanto a Nick, no había mas remedio que salir de la conclusión que volvería, y seguir adelante. Todos los días, yo le suplicaba a Cate que me contara porque huyó. Pero ella no hablaba, me miraba y caminaba hacia la pequeña, que sin pensar en Nick la llamo Christine. Todas las veces que veo a Cate, ahí, pensando silenciosamente, en la terraza, pienso en él. Ya se había esfumado en el aire. Todo había pasado tan rápido, que ni siquiera Christine sabia que tenía un padre. Todo esto paso en el este de la hermosa California, teníamos un viñedo chiquito, Nick cultivaba uvas pero, después de su huida, Cate decidió vender la casa, y comprar otra que sea totalmente diferente, así, tratar de olvidarse de Nick, y construir una nueva vida, una mejor y sin tristeza.

Pues, sus deseos fueron cumplidos, porque, a pesar de lo que pasó, ella reencontró a alguien nuevo... Se llamaba Aaron, antes, cuando estaba con Nick, habían sido muy buenos amigos hasta que se casaron, nunca entendí muy bien esa historia. Creo que Cate no sabía si quedarse con él, o con Nick, luego no sé que pasó, y Cate termino eligiendo, obviamente, a Nick. Empezaron a hablar de nuevo, ella después de varias semanas encerrada en su nueva casa, por fin, decidió llamarlo. Noté que estaban mucho tiempo juntos, iban a fiestas, a cenar en hermosos restaurantes y hasta iban de viaje a muy lindos países como Hawai, Inglaterra, Brasil y no me acuerdo que más. Sigo guardando las postales que me enviaban desde aquellos hermosos lugares.

Aaron le tenía mucho cariño a Christine, todo el tiempo estaba con ella, e incluso eso era una de las cosas que mas le gustaba a Cate. Él era amigable, tierno y divertido. Me acuerdo que todos los sábados a la tarde, cuando Cate se iba a su gimnasio, y Chris se iba con ella, él y yo íbamos al cine y después, en casa, tomábamos medialunas con leche, mientras hablábamos sobre la película. Él había ahorrado desde que tenia 11 años, para alguna vez poder ser un abogado muy distinguido y tener un buen futuro económico. Me había contado que Cate fue el amor de su vida. Que cuando eran mejores amigos se había enamorado completamente de ella, y sabia que alguna vez, conseguiría su deseo de estar con ella y hacerla muy feliz. Dos meses después le pidió matrimonio. Ella dijo que si. Aunque parecía muy pronto, estábamos seguros de que el matrimonio sería perfecto. Teníamos planes de mudarnos de vuelta, en una casa en Inglaterra, cerca de donde vacacionaron alguna vez.

Lamentablemente, un año después, se acabó nuestra felicidad. Aaron había ido al supermercado en aquella tarde, para comprar unos cigarrillos y de paso unas revistas, pero, nunca más volvió a casa. Vaya cliché, ¿no?. Preocupadas, Cate y yo llamamos a la policía, se hizo una investigación larga e inútil. No se encontró ninguna de pista de donde había ido, ninguno de sus conocidos sabía nada.

- Señora Hilton, ¿no tendría usted alguna sospecha de que su comprometido, haya... emm... - Se mostró titubeante el oficial- huido?

- ¡De ninguna manera! - Gritó Cate con todas sus fuerzas- Él era feliz aquí, lo tenía todo. - Cate empezó a llorar.

- Ven, Cate. Ven conmigo. -Le dije - Estas muy cansada, tienes que dormir un poco.

Después del interrogatorio, no hablamos más sobre Aaron. Nunca más escuchamos de él.

La chica de las trenzasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora