Eran las siete de la tarde, pero ya era de noche; estábamos yendo a casa de papá cuando nos anuncia a mi hermana y a mi:
--Chicas, la abuela me ha llamado. La tía María va a tener un bebé--
Esto fue algo que no me impresionó mucho, ya que hacían tres años que la tía se había casado; pero igualmente no pude ocultar mi emoción:
--¡Qué bien! ¿Va a ser niño o niña? ¿Cuándo va a nacer?--, Probablemente hice un montón de preguntas mas, pero ahora no me acuerdo.
-- Va a ser un niño,-- debió de ver la cara de mal gusto que puse así que dijo:
-- No te preocupes cariño, seguro que un niño es igual de divertido. Y a tu otra pregunta, se supone que va a nacer durante la segunda semana de marzo.
-- Justo antes de mi cumpleaños...-- dijo Paloma; mi hermana. Yo ya sabía que a ella no le hacia ninguna gracia, porque íbamos a dejar de ser el centro de atención.
-- Paloma, no tienes porque ponerte así -- le dije-- te van a seguir queriendo igual.
-- Ya bueno...
Los meses pasaron, y llegó marzo. Era por la noche cuando llamó papá, para decirnos que ya había nacido el hijo de la tía.
-- Es un niño muy bonico, seguro que os encantará
--¿Cómo se llama?-- dijo Paloma.
-- Martín.
Ese año hacía mi comunión, así que cuando llegó el día, vi a bebé por primera vez. Era un niño mas bien cabezón, como su padre, pero no me podía quejar. ¡Era mi primer primo chico! Seguro que me dejarían vestirle de azul y jugaría con él a los coches. Ya veis, mis pensamientos cuando era una niña pequeña.
Fue su bautizo, y yo me puse un vestido rosa muy bonito, me lo pase genial con mi hermana y mis primas, María y Elena, María tenía ya 12 años, y Elena tenia 7, como Paloma.
Ahí note, en el bautizo, que íbamos a pasar a ser el segundo plano.