Me escondí tras una columna en la sala del trono, donde se encontraba El rey de los demonios en solitario atendiendo unos papeles. Había escuchado que podía adoptar cualquier forma, y ahora mismo parecía un demonio normal, tenía la piel morada y dos cuernos le salían de la frente, aunque también tenía cuatro pequeños cuernos en el cuello.
Entonces vi como la puerta principal se abría y Lucas aparecía por esta, el plan había comenzado.
—Hola hijo.— saludó el rey a Lucas.
—Hola padre.— contestó Lucas.
—Bueno... ¿Qué te trae por aquí?— el rey parecía confuso pero no desagradado por la llegada de Lucas, y este se fue acercando lentamente hacia el trono con ambas manos a la espalda, tenía una pose formal, pero en realidad detrás de su espalda estaba sujetando un bote de agua bendita.
—Verás padre...— comenzó a hablar sobre algo, yo me fijé en que Insanus y Deva estaban preparados detrás del trono, ambos cogían una cadena gruesa.—Y por eso pienso que deberíamos pasar más tiempo juntos.— oí acabar a Lucas de hablar, estando ya frente al trono de su padre.
—Verás Lucas, sabes que estoy muy ocupado últimamente, no puedo...— antes de que terminara la frase Insanus y Deva actuaron, utilizando la cadena para atrapar al rey en el trono. Ya estaba listo, ahora solo faltaba que Lucas le echase el agua bendita para quemarle y confundirle y yo le daría la estocada final, pero no fue así...
El rey se soltó del agarre de la cadena antes de que Lucas pudiera reaccionar. Me asusté al ver que el plan de Lucas no iba como lo estaba planeando, pero él no tardó en hacer algo para continuar con el plan y estampó el bote de agua bendita sobre la cabeza del rey, provocando que este empezara a quemarse.
—¡Lucas...!— gritó este, yo rápidamente salí de mi escondite volando y con mi lanza en mano, cogí altura para luego lanzarme en picado junto a la lanza y atravesar al rey con esta, provocando un fuerte grito de dolor que cesó con rapidez. Su exterior se había quemado por el agua bendita y la lanza lo quemó por dentro, un dolor indescriptible, pero una muerte rápida.
Saqué mi lanza de sus entrañas, ahora esta estaba llena de un líquido negruzco, sangre de demonio chamuscada. No estaba feliz de lo que acababa de hacer, pero al menos había evitado una guerra, y a lo mejor el futuro de ambos reinos se veía más brillante.
Miré a Lucas con la respiración agitada y una pequeña sonrisa, su mirada estaba ensombrecida, y rápidamente una sonrisa tenebrosa se formó en su rostro. Me asusté ante esta reacción, iba a hablarle hasta que Insanus abrió la puerta de la sala.
—¡Un ángel ha matado al rey!— gritó, provocando que varios guardias demoníacos corrieran dentro de la sala.
—¿Qué? Lucas, ¿Qué está pasando?— cogí mi lanza con fuerza y Lucas me miró con la barbilla en alto, tomando una posición superior.
—Has matado al rey.— dijo lentamente, vocalizando cada una de las palabras con cuidado. Cuando me di cuenta de que es lo que quería conseguir con todo eso me asusté, quería culparme a mí, ¿Pero por qué?
No me dio tiempo a preguntárselo porque los guardias ya estaban cerca mía, así que salí volando de allí lo más rápido posible, buscando una salida de ese lugar. Había escuchado que la única salida era un portal que estaba continuamente abierto que los demonios normales utilizaban para ir a cualquier sitio del mundo mortal.
No fue difícil de encontrar así que me di prisa y entré en el portal mientras volaba en picado, deseando aparecer en mi casa. Cerré los ojos y...¡PAM!
Me estrellé contra el techo de mi dormitorio y luego caí sobre la cama bruscamente. El portal en el suelo se cerró al instante.
Narra Lucas
—Dejadla, se ha ido por el portal principal.— Les dije a los guardias.—Podéis descansar.—les ordené para que salieran de la sala del trono, donde ahora yo estaba en el trono.
Escuché una risa maniática a mi lado derecho, era Insanus, el cual dejaba ver todos y cada uno de sus afilados dientes.—Lo has conseguido Lucas, ya eres rey, ahora podrás...
—Ahora podré conquistar el mundo entero.— sonreí levemente para mis adentros.
—¿Qué es lo primero que vamos a hacer?— preguntó Deva.
—Primero...— reflexioné un momento, luego sonreí ampliamente.—Primero nos ocuparemos de los arcángeles.
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La chica de alas grises
FantasyÁngeles y demonios. Dos razas diferentes que existen en nuestro mundo, siendo los ángeles capaces de vivir sobre las nubes y los demonios viviendo bajo tierra. Hiven, una ángel de alas grises que vive exiliada en el mundo mortal deberá aprender que...