Punto de vista de Tiziano.
¡Lo sabía! Cuando la bruja de Kinross me habló de la Profecía del Fin del Mundo Mágico, supe que hablaba de Gema. La profecía dice: "La señal ascenderá a los Cielos como faro en la Oscuridad, indicando a la Portadora de la Palabra el camino al Punto Final". Cuando le pregunté sobre el Punto Final, la bruja soltó una carcajada que me cabreó. Con sus ojillos oscuros me miró y me dijo: "El fin de ustedes" y volvió a reir con ganas.
Buscando respuestas, me reuní con una vampiresa parisina y me comentó que no todos los vampiros conocen la profecia, porque en ella se revela el fin de todo lo mágico, o sea, nosotros mismos. Existe una comisión encargada de rastrear a la Portadora, aunque no sabía que harían con ella una vez encontrada. También me dijo que había un bajorelieve hecho por los elfos de las montañas en el que se detallaba la profecía. ¡Y resulta que, después de todo, una de mis hermanas conocía la profecía!
¿Cuántas veces la he visto hacer estos movimientos? Pero nunca así. Nunca tan fluído, tan... dinámico. Arte puro. Llena de gracia. El agua fluyendo en movimiento armónico, serpenteante, como un animal con vida propia. Un animal que Gema llama, inclinándose, reverenciándola, engatusándola antes de girar y levantar el brazo en señal. El agua se eleva, asciende, sin titubeos, serpenteando, siempre en movimiento ondulante. Cuando la última gota está sobre ella a más de diez metros, Gema volvió a los movimientos pero en sentido contrario. El agua descendió , rodeándola, antes de regresar al lecho rocoso. Gema se quedó sobre la roca, en una grácil postura. Sonriendo. Es la primera vez que la veo sonreir. Se ve realmente hermosa.
-¡Bravo, principessa! -no puede evitar aplaudir.
-¡Ziano! ¡Lo logré! -viene corriendo hacia mí. -¡Lo logré!
Choca contra mí, colgándose de mi cuello. La sujeto por la cintura y giramos riendo. Jamás me he sentido así. Casí eufórico. Es ella. Ella está felíz. Dejo de girar lentamente y me sorprende presionando brevemente sus labios en los míos. Fue un instante, apenas un roce, pero puedo sentir su aceptación. Siempre soy yo quien empieza y termina los besos. Esto es realmente un paso gigantesco para nosotros.
Me mira con sus enormes ojos violetas. Sin miedo ni dudas. Sujeto suavemente su nuca y busco sus labios con lentitud, pero con la seguridad que me da su entrega. Ella es mía.
Un intenso fuego nos recorre en la medida que profundizo el beso. No tengo suficiente. Sin embargo, ella se está soltando y empuja tiernamente de mí. Su mirada me pide que la disculpe. Y vuelve a sonreir.
-Me amas. -afirma. Me asombra que tuviera dudas al respecto.
-Como tú a mí. -declaro. La bajo al suelo. -Vamos. Tengo una sorpresa para tí.
-Mientras no sea un vestido de regalo.
Punto de vista de Gema.
Algo cambió en mí. Soy otra. Es decir, soy la misma, me siento igual... pero diferente. Sé que no podrán creerme pero es como si hubiera acabado de despertar. No... como si hubiera evolucionado. Ahora puedo sentir todo a mi alrededor. Y aunque es abrumador, también es revelador.
Por ejemplo. Sabía, sin necesidad de mirar, que ellos estaban esperando en el salón rojo, espectantes... ¡como si yo fuera una celebridad! Estaban extaciados, estaban... ¿nerviosos? Podía describirlos, definirlos, catalogarlos, analizarlos... ¡Oh, no!
-Ziano... -me detuve deliberadamente a la orilla del bosque para que aún no puedan verme, aunque pueden percibirme. Es increíble cómo me siento con respecto a Tiziano. No tengo dudas. -¿Recuerdas cómo te curé tus heridas cuando te lastimé?
-Sí, principessa.
-¿Ellos se molestarán si lo utilizo en uno de ellos?
Tiziano me mira con sus oscuros ojos de medianoche.
-¿Utilizarlo?
-Hay... una persona... ahí adentro... que me necesita.
Esperé. Casi podía sentir los engranajes de su mente funcionando. También podía sentir su amor inocndicional hacia mí de una manera tan díafana, que me subyugaba, tentada a suspirar.
-Haz lo que creas correcto. Yo te apoyaré un ciento cincuenta por ciento.
Traducido: "Hazlo, que yo te cubro... aunque me tenga que enfrentar a todos ellos" .
Cruzamos el jardín en dirección a la casa. Tiziano un paso detrás de mí. Podía ver los hermosos rostros a través de los cristales de los ventanales del salón rojo. ¿Qué verían? A una adolescente de sweter, jeans y zapatillas que entraba por una de las puertas.
Habían colocado candelabros y las velas daban al lugar una atmosfera de misterio. En realidad, las habían colocado porque la luz artificial molesta sus ojos sensibles. ¿A qué no lo sabían? Ellos, los adoptados (mordidos) son muy sensibles a la luz del sol y la luz de las lámparas. A ciertos olores, como el ajo y eso. No que los vaya a matar, pero... Cristiana me dió un ejemplo. Cuando tienes un diente sensible con el que no puedes comer porque todo te molesta. Debe ser frustrante no poder ver el sol o comer pasta al pesto.
Cuando cruzamos las puertas Tiziano y yo, los demás retrocedieron. Odio ser el centro de atención, así que, no me fijé en nadie, excepto en mi objeto de preocupación.
Sé que este capítulo es corto, pero quiero mantener el suspenso hasta el próximo. No estoy convencida con el título. ¿Sugerencias?