P10: Corazones rotos.

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—¿Qué?—murmuró Richard sin terminar de procesar la barbaridad que acababa de salir de los labios de Joel. Apoyó sus manos en la superficie de la mesa de la biblioteca y se quedó completamente quieto observándole fijamente sin dar crédito a la nueva locura de su mejor amigo.

—Richard...

—¡Es que no puedes hacer eso, Joel!—le espetó cruzándose de brazos.—Es decir; entiendo que estés locamente enamorado de Daniela; que creas que es el amor de tu vida, que se casarán y tendrán tres hijos y un perro pero no puedes pensar en rechazar el intercambio foráneo sólo por eso...—explicó histéricamente.—¡Esto es un gran locura!

—No estoy diciendo que voy a renunciar al intercambio foráneo...—se defendió el pelinegro sin apartar sus ojos de los de marrones de Richard.

—Joel...aplazarlo es exactamente lo mismo que porque vamos a ser sinceros; es el último año de universidad y si lo aplazas no habrá otro...eso es renunciar a tu sueño, al sueño que has perseguido por dos largos años—anunció sin dejar de mirarlo.—¿Te pusiste a pensar ya en eso...? No hay tiempo, Joel. Esta es el tipo de oportunidad que sólo se presenta una vez en la vida y acá sólo hay dos opciones; la aprovechas tal y como siempre has querido o lo dejas ir y te olvidas de ello...

—Richard...—murmuró el pelinegro.

—Sé que voy a sonar como tu madre pero no te lo estoy diciendo por mal. Eres uno de mis mejores amigos y quiero que te vaya bien por eso creo que renunciar a algo que te entusiasmaba tanto y para lo que trabajaste un montón es una locura, Joel.—hizo una pausa.—¿Daniela sabe esto?—el rizado negó.

—No. Y tampoco puede enterarse...—susurró.—quiero ser yo quién se lo diga, tenemos una cita esta tarde y ahí se lo diré...

—Yo no voy a decirle nada con la condición de que pienses las cosas antes de esa cita...que aclares tus pensamientos y tomes una decisión coherente...—inquirió Richard dejando escapar el aire de sus pulmones de manera lenta.—Entiendo que a veces por amor se hacen unos cuantos sacrificios pero estamos hablando de uno de tus sueños...y si lo quieres hacer por Daniela eso definitivamente se consulta en pareja...y se respeta lo que la otra persona quiere...así que si Daniela en verdad te quiere entonces quiero supone que no te va a dejar que hagas esta locura...

—Ya entendí el punto...—susurró el muchacho llevando sus ojos hasta la bibliotecaria que permanecía observándoles con fijeza. Ese tipo de mirada que haría que hasta el asesino más cruel del mundo entero sintiese miedo. Pero la señora Begoña era así.

—Eso era lo que quería lograr...—respondió el rubio.—Tengo algo importante que hacer esta tarde; Erick me llamó para ir a comer con las chicas y mi papá no deja de presionarme...—se quejó.

—Salúdalo de mi parte...—respondió Joel de inmediato. Richard rio en voz baja.

—¿No quieres venir con nosotros...?—sugirió el muchacho. Joel negó cerrando su libro de golpe.

—No. Voy a ver a Daniela por la tarde, recuérdalo. Es la última clase y creo que podríamos hacer algo divertido o algo así...

—¿Y ahora a dónde vas...?—cuestionó el rubio tomando su mochila para seguir a Joel.

—A buscarla...

(...)

—¡Detente!—le ordenó Ghalia a los gritos. Daniela se frenó de golpe, se giró para mirarla y una mueca de molestia se dibujó en el rostro de la muchacha.—Llevó horas tratando de hablar contigo pero parece ser que el arte de ser escurridiza se está dando muy bien...

SE BUSCA NERD ¡URGENTE! (SSB #4)|JOEL PIMENTEL|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora