Mi mirada estaba perdida en la belleza de Hanna mientras descansaba un poco, parecía que estaba cansada asi que ninguno de los tres quería molestarla pero por otro lado era imposible no poder apreciar este increíble momento.
—De seguro estás feliz por poder comer con tres chicas en el almuerzo —Henrrieta comentó aquello mientras tenía una expresión de parecer un tanto molesta.
«Quizá eso pudiera ser algo de lo que un chico podría estar feliz... pero realmente Hanna es por quién puedo ser mas felíz en este momento...»
—¿Segura que te encuentras bien Henrrieta? —preguntó Chloe un tanto tímidamente.
—Ya te dije siete veces que si en lo poco que lleva del almuerzo... ¿Vas a estar preguntándome lo mismo todo el tiempo? —Henrrieta tenía una actitud mas calmada en respecto a como es usualmente, de hecho, a pesar de parecer molesta se siente como si estuviera realmente feliz de que comamos con ella.
—Es solo que estoy preocupada —Chloe apartó la mirada con un tanto de vergüenza y simplemente se quedó en silencio mientras comenzaba a hacer círculos en el suelo con la manga de su sueter.
Henrrieta le estaba viendo con una expresión difícil de descifrar, como si estuviera feliz pero al mismo tiempo su corazón se partiera en muchos trozos.
—¡Ah...! ¡¿Cómo pude vivir mi vida sin conocer a alguien como tu?! —exclamó Henrrieta mientras se apoderaba de Chloe y la abrazaba con fuerza.
«De hecho... Henrrieta parece mas amigable por alguna razón.»
—Oye... es raro que actúes asi —dije.
Henrrieta me volteó a ver e hizo una mueca, luego un puchero y por último me sacó la lengua.
—Es asi como soy realmente ¿Algún problema con eso?
—No, de hecho creo que me gusta —dije.
—Jummmm... —Henrrieta me dirigió una mirada como si sospechara algo.
—¿Qué sucede? —pregunté.
—Nada... es solo que no parece que mientas... —dijo Henrrieta con un tono de voz un tanto apagado.
—¿Por qué mentiría? —pregunté.
—Eso pues... eh... —Henrrieta estaba por decir algo pero de hecho no sabia como continuar su respuesta—. No tengo idea... las personas suelen mentir sin razón alguna
Henrrieta se posicionó mejor en el suelo del pasillo y tomó a Chloe para que se recostara en sus piernas y sin pensarlo mucho comenzó a acariciar su cabeza.
—A mi por ejemplo... me mienten desde hace ya varios años... —dijo Henrrieta soltando una leve sonrisa que parecía mas bien melancólica.
—Entiendo... —respondí.
—¡¿Quieres escuchar la historia de mi vida?! —exclamó Henrrieta con una expresión animada mientras me veía expectante.
—No gracias —respondí.
—Ugh... al menos eres sincero... —dijo Henrrieta mientras bajaba la mirada lentamente hasta encontrarse cara a cara con Chloe.
—Yo si quiero escuchar... —dijo Chloe.
Henrrieta sonrió.
—No es la gran cosa de todas formas, tuve malas experiencias con personas muy deshonestas que querían buscar mi amistad por el dinero de mi familia... cuando me di cuenta de que me estaban mintiendo... simplemente se alejaron de mi y fingieron que no me conocían de nada... —dijo Henrrieta.
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La metáfora del círculo
Ficção AdolescenteLa vida da muchas vueltas y giros inesperados que pueden hacer que a uno le den náuseas de tanto rodar, se hace de la vista gorda y luego finge que nada ocurrió en realidad. Este era el caso de Ethan Evans de diecisiete años de edad que se había pas...