Dios mío... Está espectacular. Viene acompañada de un chico. ¿Quién será? No me atreví a decirlo hasta el último momento. Pero cuando empecé a sentir eso, tantas ganas de pegar al tío que me quemaban por dentro, no me di cuenta de que durante todo ese tiempo ha ido creciendo algo en mí: el amor.
Dios mío... Está espectacular. Está solo. ¿Por qué será? Ah, ya sé. No pude responder. Me mira fijamente. Me repasa con los ojos de arriba abajo. ¿Por qué me queman las mejillas? ¿Por qué no me he dado cuenta de esto antes?
-Kira, ¿quieres algo de beber?
-Sí... Sí, claro, un vaso de agua.- digo distraída.
-Ahora vuelvo.- Me mira con su perfecta sonrisa y me acaricia la mejilla. No sé porque pero esto me hace sentir cómoda. ¿Qué me está pasando?
Se ha ido el chico, pero antes dándole señales de lo que quiere. Alex contente. No es culpa suya que tú hayas sido un cobarde y un gallina. Pero igualmente, no debería hacer eso. No delante de mí. No voy a ir allí. Pero... En realidad quiero ir allí.
Me mira fijamente. Está siento rio. Y triste. Como yo. Pero ha sido su culpa. Hasta que no venga no le hablaré. Pero... Por otra parte, quiero ir allí, besarle y decirle que le quiero, que bailaría con él todos los días de mi vida si supiese. Que le quiero.
Me está mirando. Y esa mirada es tan... Triste. No quiero que se ponga triste por la situación. Y menos, si va tan guapa como hoy.
Me está mirando. Le veo indeciso. Y con mala cara. Un impulso me dice que corra, que corra hasta él.
Sus mejillas enrojecen. Me siento tan feliz y tan triste. Necesito llegar a ella. Abrazarla fuerte, tan fuerte como para que no se vaya nunca de mi lado.
¿Qué está pasando? ¿Por qué se le acerca un chico? ¿Por qué ella parece que va a saltar a sus brazos? Debe de ser él. Pero no lo permitiré. Esta noche, es mía.
Cuando me decido a ir, enseguida me acuerdo del otro. Nada más y nada menos porque el tío ese se me ha adelantado.
Se para. ¿Por qué te paras imbécil? Ven aquí, a mis brazos. Hazme bailar, reír, ser feliz como tú ya sabes. Te necesito. Mucho.
-Kira, tu vasito de agua.-Me dice sonriendo.
-Gracias. -digo sonriéndole. Pero en realidad, ahora mismo le mataría. Por interrumpir esto. No es justo. Ya entiendo por qué se ha parado.
Está enfadada. Sonríe enfadada. Y se está cagando en mí por haberme puesto en medio. La cojo de la mano y la llevo a la pista.
Miguel me lleva a la pista y empezamos a bailar una lenta. Cierro los ojos y vuelo entre mis sueños. Entonces noto como sus manos se deslizan un poco más abajo.
Esperaba que pillase las indirectas. Pero no. Así que lentamente, bajo las manos a su cadera. La aparto un mechón de la cara y la sonrío. Me mira sonriente. Es tan guapa. La quiero. Se crea una conexión de miradas y entonces, me acerco a ella y la beso.
ESTÁS LEYENDO
Pero, ¿cuál es tu historia?
Novela JuvenilEsta, es una historia para recordar. Quizá como todas las adolescencias. Pero puede que esta sea un poco más complicada. ¿Para qué escribo? Para desahogarme. Para dejar fluir todo lo que llevo guardándome tanto tiempo dentro. Así que, cuando me pre...