11.

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Narra Alba

El concierto había sido una pasada. Yo estaba muy feliz, había ido a mi primer concierto, había visto a gente a la que admiraba y además había acabado saliendo de allí con pareja a la que amaba con todo mi ser. Para mí, estaba siendo una noche maravillosa.
El concierto terminó y nos fuimos todos a un bar típico de allí para comer algo y luego ir a algún sitio para divertirnos un rato. Nos sentamos en una terraza todos, y yo quedé al lado de Natalia casi en un extremos. Unos chicos se acercaron a la mesa para pedirnos unas fotos. Yo me ofrecí para hacer la foto, me levanté e hice un par de ellas. Cuando esperaba a que se acercaran para devolver el móvil y ver si había salido bien para repetirla o no, alguien me agarró de los hombros. No me giré, ya que por la forma en la que me tenía agarrada sabía perfectamente quién era. Mi padre. Me tensé y eso lo notaron los chicos. Rápidamente, se puso en pie Natalia.
-Bueno, Bueno, mirad a quién tenemos aquí...-dijo mi padre- pero si es la misma zorra que me mandó a la puta cárcel... ¿es que ya no me quieres? ¿No vas a saludar a tu padre? Alba.-dijo apretando cada vez más. Los chicos miraban sin atreverse a hablar. Las lágrimas caían con fuerza por mis mejillas. Natalia habló con confianza en sí.
-Suéltala o llamo a la policía. Si mal no recuerdo, tienes una orden de alejamiento con respecto a ella.-finalizó. Los chicos miraban la escena sin acabar de entender muy bien qué estaba pasando.
-Anda, mira, si tienes a alguien que habla por ti y todo, que pasa, no vas a decir nada ¿o qué?
-Pa-papá, la policía estará a punto de venir, te recuerdo que ambos llevamos aún la pulsera. Vete.-dije tratando de soñar confiada.
-Si viene la policía también vendrá la ambulancia puta. Vas a pagar por todos los años que he perdido allí dentro.-dijo con todo el despareció posible. Me cogió y tiró al suelo. Estiró de mi pierna hacia arriba pisándola con fuerza para volver a partir la tibia, su tortura favorita. Siguió pegándome patadas en el torso. Los chicos se levantaron para tratar de separarlo mientras las chicas llamaban a la policía y la ambulancia, y Natalia se acercaba para ver mi estado.
-¡Puta!-gritó de nuevo mi progenitor-¡antes de irme te dejé embarazada!¿dónde está mi hijo?¡contéstame!-continuó
Aparté como pude a Natalia para mirarlo a la cara antes de contestar-Lo perdí con tu última paliza hijo de puta-dije con las pocas fuerzas que me quedaban.
La policía hizo al fin acto de presencia llevándoselo y pocos minutos después apareció la ambulancia.
-Siento mucho lo que ha pasado, os he arruinado los planes chicos-dije
-Alba, tranquila, nos vemos ahora en el hospital,Nat, ¿vas con ella, no?-Dijo África
-Si, ahora os aviso-dijo entrando a la ambulancia.

El camino fue rápido. No hablamos. Natalia se limitó a agarrar mi mano para mostrar que estaba conmigo. Se lo agradecería más tarde.

Narra Natalia

No me lo puedo creer. Justo hablamos de esto ayer, pero no creía que llegara a tanto. Tengo que agradecer a María el que lo haya grabado todo disimuladamente, nos sirve para ir a denunciar. Vamos a hacer el parte de lesiones ahora. Esto no se puede volver a repetir, Alba no se merece tener que vivir esto. Además no me creo que le haya echado en cara lo del embarazo. Lo ha dicho delante de todos y no le ha dado ningún reparo por ello. En definitiva, su padre es un ser despreciable que se merece terminar su vida entre rejas.
Hemos llegado al hospital y me han dejado en la sala de espera mientras a ella la han metido dentro. Voy a avisar mientras al resto.

Conversación

Natalia:chicxs, ya estamos en el hospital, me han dejado en la sala de espera, por si os queréis pasar, ahora cuando sepa qué pasa os aviso.

No me preocupe de si contestaban o no, simplemente apagué el teléfono para esperar a que saliera algún médico o alguien para decirme algo.
Al cabo de unos minutos, aparecieron mis quince compañeras en la sala de espera. Todos ellos tenían una cara de preocupación bastante importante. Se acercaron para darme apoyo.
-¿Familiares De Alba Reche?-dijo un médico. Me levante y en dos zancadas estaba a su lado.
-Dime como está, soy su pareja-dije preocupada.
-Tiene una fisura en dos costillas además de la tibia partida, y por eso la van a meter en quirófano para colocarla bien, se la ha partido de muy mala manera, además tiene varios hematomas en el tórax y una pequeña brecha en el pómulo izquierdo. En cuanto sepamos algo más te aviso.-dicho esto desapareció por el pasillo. Los chicos lo habían escuchado todo, así que me evitaba repetirlo.
-Natalia, ¿nos puedes explicar qué ha pasado antes?- preguntó de forma cautelosa Noelia
-El hombre de antes es su padre. Salió ayer de la cárcel. Llevaba por lo que sé seis años por abuso y maltrato infantil.
-¿Y lo de reclamarle a Alba algo de su hijo?-dijo María notablemente cabreada.
-Esto no me corresponde decirlo a mi, así que tenéis que prometerme que no vais a decir nada-todos lo hicieron- cuando Alba tenía catorce años su padre empezó a abusar de ella, y en una de esas veces la dejó embarazada. A los pocos días de cumplir quince años, Alba estaba de al rededor de dos meses y medio, y su padre le volvió a pegar. En esa paliza, Alba terminó muy grave en el hospital y una de las consecuencias de lo que ese animal hizo, perdió al bebé...
Nadie hizo más preguntas y todos estuvimos allí esperando pacientemente. Recibí mucho apoyo de ellos y quedamos en que denunciaríamos lo sucedido cuando Alba saliera.

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¿Cómo estará Alba? ¿Creéis que volverá a denunciar?🧡

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