Las cartas de la caja de cartón.

Hoy 20 de Noviembre, tus amigos y familiares entran por la puerta principal, un arco adornado con las flores que tanto te gustan, margaritas y orquídeas jamás lo olvidaré.

Estoy desesperado, tengo que verte, mereces las felicidades por la suerte que, por cosas del destino no me correspondería a mi.

Entro y te veo, tan hermosa como siempre, con ese vestido blanco que tanto tardaste en escoger.

Me miras con esa sonrisa de emoción y comprendo mi lugar, pero seguidamente ignoro el pensamiento para sonreír, acercarme y abrazarte.

Mientras hablamos, veo que sacas con entusiasmo una caja de cartón y con una mirada nostálgica dices, "quien diría que este seria el motivo por el que estaríamos hoy aquí". Te escucho y mientras todo cobra sentido, te cuento la historia que nunca supiste y que siempre debiste conocer.

Tu última cita, la recuerdo muy bien, la vida te acerca a mi y sin quererlo robas mi corazón mientras alguien más cautiva el tuyo.La noche transcurre perfecta y la naturaleza de tu sonrisa te embellece cada vez más, sonrisas que más tarde desaparecen al momento de despedirte.Tan tranquila y segura, subes a tu moto, te alejas lentamente de nosotros y cuando casi no se distingue tu silueta, cuando todas las miradas han abandonado tu cuerpo, la mía nunca te deja escapar.

Pero como debia ser más imperfecto, la tragedia no tardo en presentarse. Quién pensaría que un accidente tan desastroso me motivaria a empezar a escribir.

Día tras día no pararon de llegarte cartas, escritas al lado de tu camilla en esa habitación. Visitas constantes de alguien especial que nunca paro de preocuparse por ti.

Y hoy 20 de Noviembre, tan radiante como siempre, me muestras las cartas que alguna vez escribí y entiendo que mi más grande error fue nunca tener el valor para poder firmar mi nombre.