XVII

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Las espadas producían pequeñas chispas con cada choque entre los metales de las armas, la carne putrefacta siendo cortada por la espada de Kioko y unas flechas siendo disparadas por Hinata alejando a las criaturas que intentaban acercarse a ella y tomarla por órdenes de Zabuza. Obito llevaba su Kusarigama colgando de la cadena y había comenzado a girarla para lanzarla mientras Kakashi retrocedía de un salto dando un jadeo.

— ¿Qué pasa Kakashi?- Preguntó burlón su adversario.- Tus movimientos son más lentos ¿Acaso es por qué llevas tres días de combate?

El ceño del Kitsune y del Tengu se arrugó al escuchar semejante cosa ¿Tres días? No lo sabían con certeza, la cantidad de tiempo era tan irregular, por supuesto, sus sentidos estaban absortos en el combate como para poder prestar atención al tiempo, eso había pasado a segundo término.

— ¿De qué estás hablando?- Preguntó molesto Obito.

— Está cueva es una de las madrigueras de Orochimaru-sama.- Ladeó la cabeza mientras colocaba la punta de su espada en el suelo y apoyaba ambas manos en la empuñadura.- El tiempo transcurre a voluntad de su amo.

Kakashi guardaba silencio escuchando cada palabra de Zabuza de manera atenta, sabía que él era un perfecto mentiroso, su talento para mentir era igualable a su talento para blandir aquella espada tan temible entre los humanos, Zabuza "El ladrón rojo" era el apodo con el que lo llamaban en las aldeas, nadie sobrevivía a sus ataques, hombres, mujeres y niños morían por igual al filo de aquella espada descomunal, no había piedad para nadie.

— ¿Pretendes que crea tu mierda?- Al terminar su pregunta, Obito perdió de vista por un momento a Zabuza, se había movido demasiado rápido para ser un humano, se había lanzado contra Kakashi, gruñó por lo bajo sujetando su arma mientras giraba rápidamente el otro extremo de la cadena de su Kusarigama, en ella una pequeña esfera se encontraba colgando, concentró su propia energía espiritual para darle poder a esa parte de su arma haciendo que la esfera creciera y se volviera pesada, entonces la arrojó contra el torso de Zabuza para proteger al zorro, aún cuando él ya estaba blandiendo su espada de modo defensivo.

Zabuza apenas tuvo la oportunidad de bloquear aquel golpe, su enorme espada hizo un ruido metálico que le pareció sumamente molesto pues le retumbaba en la cabeza, incluso había hecho un gesto de desagrado ante aquel sonido y había tenido que colocar su mano derecha en la hoja de la espada para lograr contener el golpe, pesaba, aquello pesaba jodidamente y sabía que podría haberle roto un par de huesos si no hubiera sido porque sus reflejos habían mejorado considerablemente gracias a Orochimaru, sus pies arrastraron por el suelo haciendo que la ligera capa de agua salpicara, intentaba frenar aquel brutal empuje del arma de Obito.

No era suficiente, Obito lo sabía, por ello regresó la pesa hacia él de un movimiento de muñeca y disminuyó su tamaño, giró sobre sí mismo haciendo girar también la cuchilla de su arma y entonces la lanzó enrollándola una vez más en la espada de Zabuza mientras continuaba retrocediendo debido al impacto.

¡Ahora!- Kakashi no necesitó más señal y se arrojó dispuesto a cortar las manos de Zabuza y así lograr que la espada fuese soltada.

Sin embargo, aquello no fue necesario porque Zabuza había dejado que se la arrebatara el Tengu, Obito aprovechó este movimiento para arrojarla en dirección de Hinata y Kioko pues una de aquellas repugnantes criaturas ya estaba demasiado cerca, el ruido húmedo de la carne siendo cortada y el alarido de la criatura al ser clavada en la pared hizo a Obito sonreír mientras movía la larga cadena de la Kusarigama para así regresarla a sus manos.

— Parece que tú también te estás agotando, Zabuza...- La respiración de Kakashi era un tanto agitada, una gota de sudor estaba bajando por su frente y su mirada no se despegaba ni un segundo de su contrincante.

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