Caminos cruzados (Draco Malfoy x tú x Harry Potter) [Pausada]

Medidas drasticas

Capítulo 22

Narra ______

Estaba en la sala común de la casa y me senté en un sofá para ponerme a leer, al poco tiempo llegó Harry y se sentó en el sillón de enfrente y también se puso a leer sin siquiera saludar. Pensé que tal vez no me habría visto y traté de no darle importancia.

Llegaron Ron y Hermione platicando algo sobre tareas para después sentarse en el sillón donde estaba Harry, cada uno a un lado diferente de él.

— ¿Que tiene tu mano? — Escuché decir a Hermione enseguida y algo alterada.

Bajé mi libro un poco para observarlos discretamente.

— Nada — Contestó Harry mirándose por ambos lados una de sus manos.

— Esa no, esta — Hermione levantó su otra mano y por lo que alcancé a ver era una herida en el dorso de la misma.

Tuvieron una pequeña discusión y Harry terminó por irse.

— ¿Cuál es su problema? — Pregunté algo molesta por la actitud de Harry.

— ¿Desde cuando estás aquí? — Ron volteó a verme bastante sorprendido.

— Desde antes que ustedes... y que Harry incluso — Contesté algo desanimada — Pero eso no importa, tengo que irme — Me levanté y salí de la sala común.

Era extraño, tenía la sensación de estar sola o no tener amigos, aunque tal vez solo sea paranoia mía y me esté tomando algunas cosas de manera personal. Y acerca de la discusión de Harry, Ron y Hermione, no me gustaba nada hacía donde iban las cosas con esa Umbridge.

Caminé un poco y ya que al parecer la torre de astronomía estaría sola decidí ir. Había dejado de hacerlo pero algo dentro de mi me invitaba a subir esta noche y al llegar inmediatamente supe porqué. Podría desahogarme un poco después de todo.

— Vaya, ¿a quien tenemos aquí? — Dije en tono burlón.

Draco volteó y suspiró a modo de resignación.

— Y yo que creí que jamás volverías por acá, sabía que era demasiado bueno para ser verdad.

Me limité a sonreír y ponerme a su lado a ver las estrellas.

— _____, ¿Te ocurre algo?

— Supongo que si, pero... espera, ¿Acaso estás preocupado por mi? — Lo miré levantando una ceja.

Se quedó callado un par de segundos y a juzgar por su cara, lo tomé por sorpresa.

— No, solo soy muy chismoso — Respondió sarcástico — No deberías preguntar lo obvio — Dijo volteando a otro lado y en voz apenas audible.

Draco siempre ha sido directo y sorprendentemente sincero. Le dije que no tenía ganas de hablar sobre ello, y él lo entendió perfectamente, después de todo también tenía un lado sensible.

— Y... ¿cómo es que puedes hablarme como si nada después de lo que ha pasado entre nosotros? — Me preguntó — Y no trates de evadir este tema.

Demonios, ya no recordaba eso.

— ¿De que estás hablando? — Me hice la tonta.

— Tú sabes, ¿o prefieres que yo mismo te lo recuerde? — Dijo acercando su cara a la mía.

— Está bien, déjalo ya, quería pensar y hacer como que nunca pasó — Lo tomé de la cara con ambas manos para alejarlo de mi rostro — Y si estaba funcionando...

— Pero si hasta me dijiste que eso no se iba a quedar así — Dijo entre risas.

— Lo dije por decirlo.

— Entonces no te molestó tanto después de todo — Sonrió mientras me miraba directamente a los ojos — Tengo que irme, se hace tarde — Se despidió y se fue sin darme la oportunidad de decir algo más.

Al día siguiente me levanté temprano, me bañé y vestí para bajar al gran comedor. Cuando llegué aún estaba casi vacío, así que me senté donde no hubiese nadie y comencé a desayunar tranquilamente. Al pasar de los minutos llegaron Hermione, Ron, Ginny y algunas personas más, poco tiempo después también llegó Harry.

— ¿Puedo sentarme con ustedes? — Preguntó Harry algo apenado.

Hermione estaba a punto de responderle pero una discusión fuera del gran comedor llamó nuestra atención, así que salimos para ver que era lo que sucedía. Eran McGonagall y Umbridge, al final nada bueno salió de eso y este año promete ser bastante especial. Al cabo de un par de días Dolores Umbridge fue nombrada suma inquisidora de Hogwarts, ¡realmente perturbador!. Comenzó a hacer entrevistas a todos los profesores durante sus clases y a cada alumno que veía en el pasillo lo corregía, aún si solo estaba mal fajado o no tenía la corbata bien acomodada, eso sin contar el montón de decretos educacionales que fueron añadiéndose a una velocidad sorprendente.

Al salir de una clase noté que habían muchos estudiantes reuniéndose alrededor de uno de los jardines, detrás mío pude escuchar la voz de Harry hablarle a alguien más.

— Cho, ¿Que es lo que pasa? —

— La profesora Trelawney — Respondió la chica.

Al escuchar su voz no pude evitar voltear, era ella, la chica a la que Harry veía con cara de idiota. Supongo que después de todo lo que hablamos aquella noche solo había sido un impulso momentáneo, algo que efectivamente no iba a llegar a nada más que una amistad después de todo. Mi mirada se cruzó con la de Harry durante unos segundos, me parecieron una eternidad y él sin más continuó con su camino.

Al centro del jardín estaba la profesora Trelawney con sus maletas... pobre, se veía tan mal.

— Llevo 16 años dando clases aquí... Hogwarts es mi hogar, no puede hacer esto — Dijo la profesora entre pequeños llantos.

— De hecho, ya lo hice — Respondió Umbridge sacando una carta.

Lo bonito de esta desgracia fue ver la cara de Umbridge a punto de descomponerse cuando, después de que Dumbledore pidió que se escoltara a la profesora Trelawney devuelta al castillo, escuchó que no tenía la autoridad para desterrar a los profesores de Hogwarts. Aunque conociéndola, probablemente eso no dure mucho.

Unos días después Hermione me pidió que fuera a un lugar, si es que de verdad quería aprender algo de Defensa Contra las Artes Oscuras. No había salido de Beauxbatons, rogado por entrar a Hogwarts y ser una "deshonra" en mi familia para no recibir las clases como deberían de ser.

Al llegar me encontré con varios conocidos, y también con Cho, si no me equivoco en su nombre. Me estaba afectando más de lo que debería.

Hermione habló sobre tener un maestro de verdad, con el que pudiéramos aprender hechizos y practicar, después salió el tema del Señor Tenebroso... casi nadie le creía a Harry, ni siquiera a Dumbledore, pero afortunadamente Harry supo exactamente que decir para llegar a los demás, aún si no era intencional.