Capítulo 2

25 0 0
                                    

Habían pasado 2 semanas desde el día del cumpleaños del rey y yo ya había prácticamente olvidado el incidente del balcón y al hombre que estaba implicado con él.

Cuándo logré volver a la fiesta, busqué a mis abuelos y no me separé de ellos en todo lo que restó de noche. Anunciaron el final del festejo con un castillo de fuegos artificiales.

Antes de que se terminara el ostentoso festejo, nuestros vecinos se reunieron con nosotros y pasamos juntos el resto de la noche.

La compañía de mis conocidos y familiares, hizo que la tensión acumulada en mi cuerpo momentos antes, desapareciese (aunque no completamente).

Cuando volvimos a casa, mientras me desvestía junto a mi abuela, le conté todo lo ocurrido durante la noche. Se lo tomó con calma, como siempre. Apaciguando mis dudas y malestares al instante.

Ahora, habían pasado 2 semanas desde aquello, era una soleada mañana de viernes. Mi abuelo pronto volvería de su trabajo y yo me encontraba cocinando con mi abuela, uno de mis pasatiempos favoritos. Estábamos haciendo galletas y un maravilloso olor proveniente del horno inundaba los pasillos de mi gran hogar.

- Evelyn - dijo mi abuela.

- ¿Sí?

- Tu prima Eva llamó ayer para preguntar por la familia.

- Oh, ¿qué tal está ella?

- Se encuentra bien, igual que Marcus - Asentí recordando el rostro de mi prima.

La última vez que la vi, tenia 7 años, ella es 12 años mayor que yo, y creo que conocer unas semanas después a Marcus, su marido, fue más una desgracia que una alegría. Marcus es un vampiro. Según lo que me dijeron años después, mi prima tuvo que casarse casi por obligación; ya que en nuestro mundo y según las normas que lo rigen, si un vampiro desea algo de un humano, este tiene el poder de decisión sobre él. Ella no estaba enamorada de Marcus, pero aun así se vio obligada a llegar al altar. A día de hoy siguen juntos, con un Marcus plenamente enamorado de ella. Supongo que siguen juntos por el miedo de ella a contradecir la palabra de un vampiro y por el importantísimo posicionamiento social de Marcus, siendo él uno de los principales guardias del rey, una de sus muchas manos derechas. 

Yo sólo lo vi una vez de pequeña, en su boda con Eva. Ni siquiera recuerdo bien su cara. 

En ese momento, llaman al timbre de la puerta.

<<Será mi abuelo>>- Pienso, por lo que corrí a abrir, así era.

- ¡Hola! - digo lanzándome a sus brazos y besando su mejilla.

- Hola Evelyn. ¿Habéis hecho galletas? - dice olisqueando el ambiente. Se le dilatan y se le contraen las aletas de la nariz, lo que me hace reír.

- ¡Sí! - digo riendo aún.

Nos empezamos a dirigir a la cocina por el largo pasillo cuando el estridente sonido del timbre volvió a mi hogar.

 <<Que raro. ¿Esperábamos visita?>> -Pienso.

- ¿Quién es? - Pregunta mi abuela reuniéndose con nosotros en el recibidor.

- No lo sé - dice mi abuelo dirigiéndose a abrir la puerta.

En ese momento la sombra del temor y la sorpresa cruzó el rostro de mi abuelo.

Un alto hombre encabezaba una pequeña formación de seis hombres uniformados, todos luciendo en su pecho una especie de insignia con forma de luna menguante enzarzada con una rosa con un tallo lleno de espinas. Todos los hombres a excepción del más alto están sumamente firmes. Él, sonríe de manera arrogante encabezando la formación. Está sujetando entre el brazo y las costillas el casco que los otros hombres no se han quitado. Tiene el pelo castaño, mas bien ondulado, una barba abundante pero bien recortada, además de unos imponentes ojos verdes, todo ello acompañado de un aura de prepotencia.

Déjame irDonde viven las historias. Descúbrelo ahora