Kissing [WangXian] [Mo Dao Zu Shi fanfic]

44 - A kiss out of lust

La mano de Lan Zhan reposaba sobre su mejilla, acariciándole con suma suavidad la tersa piel del rostro. Con los ojos entrecerrados, el investigador contemplaba a su novio a través de una capa de pestañas, más intuyendo su expresión que viéndola realmente. Le sonrió y el abogado le devolvió la sonrisa con una mucho más pequeña y tímida, pero sincera al fin y al cabo. Eso solo hizo que su propia expresión se ampliase, notando como el pecho se le hinchaba con un sentimiento tan cálido y tan dulce que le daba ganas de llorar. Atesoraba cada sonrisa de Lan WangJi por ser un bien tan preciado como los diamantes más hermosos. Lo que no sabía era que el abogado también guardaba en su memoria cada sonrisa suya como un tesoro de valor incalculable, pese a ser estas tan abundantes y variadas como las estrellas que decoraban el firmamento europeo.

-Wei Ying. -Le llamó con voz tenue, susurrando. Saboreaba su nombre entre sus palabras adormiladas.

-¿Sí, Lan Zhan?

La mano de Wei WuXian se paseó sobre el rostro ajeno, dibujando sus rasgos con los dedos. Delineó su mandíbula hasta llegar a la barbilla, subió a su frente y descendió por su perfecta nariz, acariciándola como hacía con él el tío Jiang cuando le costaba dormir. Se paseó por sus labios tan suaves y tan tersos, y luego acabó bajando por su cuello, reposando los dedos en el hueco de su clavícula. Mientras, la palma de Lan Zhan seguía acunando su mejilla. El brazo contrario le rodeaba la cintura, lo suficientemente cerca como para sentir sus pieles desnudas rozándose pero lo suficientemente lejos como para mirarse a los ojos.

-Te quiero.

Y de verdad lo hacía. Le quería tanto que le faltaban las palabras correctas para expresarlo. Wei Ying sonrió, acercándose para poder juntar sus bocas en una. Su beso fue suave, dulce, casi parecía primerizo. Una pena que su verdadero primer beso hubiese estado marcado por el alcohol, pero todavía tenían que agradecerle a esa fiesta los seis años que llevaban de relación. Por alguna razón, Wei WuXian acabó por recordarlo, y sonrió una vez más mientras se besaban. Esa noche parecía estar bañada por la ternura, mientras que la primera vino inundada de impaciencia, de lujuria, de ansiedad juvenil. No es que ahora se les hubiese bajado la libido ni mucho menos, no, es que simplemente aquel no era el momento. Ese era el momento para compartir un cariño más infantil, más casto, para intercambiar besos con sabor a fresas y loto, gentiles roces que no se atrevían a profundizar en la boca ajena. Y antes de darse cuenta siquiera, Wei Ying se encontró a sí mismo con la cabeza apoyada en el pecho de Lan Zhan, dejando que lo envolviese en un fuerte abrazo. Aquella noche estaba "hablador". Parecía incapaz de dejar de susurrarle pequeños "te quiero" al oído.

Entre esos brazos se encontraba a salvo. Se encontraba feliz.