48-. En busca del regalo

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Estoy molesto y aunque odie admitirlo estoy celoso, sé que no debería, se que no debo de estarlo y más por mi compromiso... pero no me agrada que él esté tan pegado a ella... como su fiel perro guardián.

Verlos irse juntos con tanta complicidad me fastidia... odio que confíe ciegamente en ella, algo que yo no puedo

Maldición...

Llego a una plaza... Me siento en una banca, me recargo y dejo caer mi cabeza hacia atrás, me siento demasiado inquieto para llegar ya a la casa... El frío está a todo lo que da... con el cielo despejado... suspiro mientras cierro los ojos...

En verdad deseo poder hablar bien con ella pero ahora que ya es un hecho mi compromiso y que ya lo sabe.... quien sabe si quiera hablar... Maldición... En verdad no puedo creer que los invitaran... no más bien si puedo creerlo... todo esto es para puras apariencias... y lo más seguro es que si vayan...

Pero ella no...

Pero por lo menos pude entregarle eso después de tanto tiempo...

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- ¿Piensas irte sin despedirte?

- No creo que noten mi ausencia y sobre todo que me extrañen

- Pero es de mala educación.- ambos nos quedamos callados, yo me recargo en la pared y el solo se cruza de brazos. Solo escuchamos como todos aplauden a Rukia y la vuelven a felicitar

- En verdad no era mi intención.- Por fin se anima a decir.- pero ambos necesitan hablar

- Ella aún no está lista.- nos quedamos en silencio. El solo suspira y niega con su cabeza

- Será mejor que no te involucres tanto.- lo volteo a ver.- no me lo tomes a mal, lo digo por qué ella pertenece a una familia muy complicada y en verdad me agradas Ichigo.- nos quedamos viendo un instante.- será mejor que me vaya y que cheque si ya se fue.- yo solo asiento.- me despides de tus hermanas.- y diciendo eso se va, yo solo suspiró.

Volteó a donde esta ella y me percato de cómo me empieza a buscar con la mirada, cuando por fin me ve le sonrió a lo que ella también me corresponde.

Así que decido acercarme.

- ¿Todo bien?.- le pregunto una vez que estoy a su lado, ella solo asiente, se que aún se siente algo tensa o extraña por la maldita presencia de ese bastardo, yo la despeino y ella solo me manotea

- Oye...

- ¿Qué? Si siempre andas despeinada.- y así iniciamos nuestra típica discusión

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Al salir le doy una última vista a la casa, suspiro, en verdad me agrada pero si que es una situación algo complicada.

Empiezo a andar, hasta llegar a una plaza, a lo lejos lo veo, comienzo a acércame.

- Pensé que ya te habías ido.- le digo pero él ni se inmuta ni abre los ojos

- Pensé que te quedarías.- me dice, yo solo suspiro

- No soy tan bienvenido

- Mmmmm...- Ambos nos quedamos callados.- lamentó las molestias que te cause.-

- No fue nada.- le contesto con indiferencia.- pensé que ya no estarías aquí

- Necesitaba un poco de aire fresco

- Ya veo... por un momento pensé que me estabas esperando.- al decirle eso el solo sonríe

- Pudiera ser que si...

Mi camino... serás tú?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora