Nuestro secreto

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Cuando Hoseok tenía un mal día, era Taehyung quien se acercaba minuciosamente hacia a él, tomaba asiento a su lado en silencio, y cordialmente llevaba una de sus manos hacia la parte trasera de su cabeza, donde repartía caricias sobre sus cabellos de la manera más suave y dulce posible.

Se permitía cerrar los ojos, disfrutando de aquel contacto cada vez que el castaño realizaba aquel afectuoso gesto, ese gesto que tanto le gustaba. Y deseó con todas sus fuerzas que el tiempo se detuviera ahí, en esos instantes en el que sólo existían ellos dos. Lamentablemente, el mundo parecía ponerse en su contra, obligándolos a ambos a una separación amarga y deprimente. Pero pesé a todo ello, él agradecía que Taehyung siguiera acompañándolo. Que siguiera ignorando las constantes advertencias del CEO, aún cuando ambos corrían peligro de una expulsión del grupo, sólo por asegurarse de que él estuviera bien.

Hoseok sentía que los momentos en los que todo se volvía difícil, eran soportables si él estaba a su lado, porque Taehyung le brindaba luz y paz cuando la oscuridad amenazaba con llevárselo. Sus brazos se convertían en el mejor refugio para atravesar la tormenta.

Así que sí, aunque él era bastante consciente del riesgo al que se estaban exponiendo estando juntos, él definitivamente era capaz de correrlo un millón de veces, porque un segundo con Taehyung era mucho mejor a no tenerlo.

La noche avanzó más rápido de lo previsto, demasiado taciturna y triste. El agua de la piscina se encontraba calma, y aunque la temperatura era cálida, sentía que sus pies se enfriaban bajo ésta.

Taehyung había dejado de acariciar el cabello de Hoseok, para pasar a tomar su mano, y hábilmente entrelazarlas. Pero la firmeza que empleó fue tal que el pelirrojo pudo notar que algo le preocupaba. Como si tuviera miedo de ya no volver a tocar sus delicadas manos; como si tuviera miedo de que en cualquier momento él se desvaneciera. Pero cuando Hoseok la levantó y se la llevó hacia sus labios, depositando un largo beso en sus nudillos, el agarre fue perdiendo fuerza; volviéndose ligero, casi imperceptible y sosiego. 

—Aún me pregunto, pregunto sobre esa hermosa historia —cantó en un susurro—. Aún me pregunto, pregunto sobre la mejor parte. Aún deambulo sobre la próxima historia, quiero hacerte mío...

Hoseok cerró los ojos una vez más, deleitándose con aquella melodiosa y profunda voz inundando sus oídos, sintiendo como su corazón se llenaba con cada palabra dicha, captando el mensaje entre líneas que contenían aquellas letras, y el gran significado que cargaban. Un significado que sólo él podía conocer.

Taehyung siguió tarareando esa melodía un ratito más, sumiéndose poco a poco en la silenciosa y serena penumbra que ofrecía la noche, hasta finalmente callarse por completo.

—La he terminado esta mañana —habló el castaño—, y contaba ansioso las horas para que anochezca y por fin poder mostrártelo —continuó, con una sonrisa palpable dibujándose en su rostro.

—Es hermosa —respondió él, todo lo que Taehyung hacía lo era. Llevó su mentón hacia aquel fornido hombro y lo apoyó mientras se dedicaba a observar con detenimiento su simétrico perfil.

—Tan hermoso como Hoseok —Taehyung también lo miró, llevando una de sus manos libres hacia la mejilla del contrario, y proporcionando una suave caricia. Hoseok sonrió—. Eres muy hermoso.

Jung casi se echó a reír, lo hacía cada vez que el menor lo halagaba y lograba ponerlo tímido. Y aunque la mayoría del tiempo le dijera que exageraba, Taehyung se encargaba de hacerle saber cada día lo precioso que era, incluso mucho más que cualquier otro hombre sobre la faz de la tierra. Y si bien Hoseok callaba y aceptaba esos usuales cumplidos, sabía que aquello no era ni remotamente cercano a ser cierto. Pues para él, el hombre más hermoso sobre la faz de la tierra, se encontraba justo en frente.

A tu lado [One~Shot]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora