M E A T R A E S ( Finn Wolfhard y Tú)

Capítulo 23

— Año Nuevo —

El momento que no he pedido pero tampoco he ignorado. Es sencillamente de explicar; nuevas oportunidades, nuevos momentos, nuevos recuerdos, nuevas cosas. “Todo puede pasar” es lo que dice la gente. Estando en la cena, miro el reloj, en mis manos sostengo el pequeño tazón que contiene las uvas: nuevos propósitos que apuesto a que nadie en su miserable vida ha cumplido. Muevo mis pies impaciente, miramos la TV.

10...

Suelto un suspiro.

9...

Miro a mi alrededor con poca gracias, admiro cada uno de los gestos que tiene mi familia en este momento.

8...

Observo mis uñas que están pintadas por eo barniz que me regaló Cooper. Están en perfectas condiciones.

7...

Vuelvo a mirar el reloj. Me pregunto, ¿Cooper también estará celebrando?

6...

Falta poco. Incluso ¿habrá felicitado a su madre?

5...

¿George ya cumplió todo en su lista de deseos? ¿Conserva en perfecto estado mi juguete que le regalé de Darth Vader?

4...

Tan sólo quisiera que en este año se cumple un sólo de mis deseos o aunque sea uno sólo de mis propósitos.

3...

Sostengo con más fuerza el pequeño tazón en mis manos, los ojos se me iluminan. Esto está pasando.

2...

Aunque sé que no tengo que hacerme ilusiones. Nada de lo que pido pasa, todo tengo que hacerlo por mi cuenta.

1...

Si pudiera hacer una cosa. Sería irme de aquí, ir a la casa de ______, besarla y decirle lo mucho que la amo, que me atrae y me gusta. Le diría eso y mil cosas más así que... Veremos qué pasa.

[ • • • ]

Día número 26. Mañana es el cumpleaños de George, lo dejamos en la casa de Noah quien nos ayudó a cuidarlo mientras que Cooper y yo decidimos qué darle de regalo. Hemos estado dando vueltas y más vueltas en el centro comercial, al igual que ir a otro y no encontramos nada.

Sabemos que le gusta Star Wars pero últimamente pareciera que ya tiene todas esas cosas (por que su querida hermana lo consiente). Es más, ¿qué clase de niño no le puede gustar Marvel? Acepto DC, pero... ¿qué no le guste Marvel? Imposible.

Nos detenemos en una tienda de música. Vuelvo a encontrarme con esa mirada melancólica de mi chica, desea demasiado tener un piano, la he dejado que vaya a la casa en donde ensayo con mi banda, que toque el piano las horas que quiera: se rehúsa. Entonces observa una guitarra, la toma y solamente toca las pocas notas que le enseñé meses atrás. La deja en su lugar, me observa.

— George dijo que quería tocar algún instrumento... Dijo que el piano ya era mío y que el tuyo era la guitarra. No quiere la flauta, mucho menos un violín o un saxofón como el de Lisa Simpson... Él quiere algo diferente — explica, me le acerco posando me a un lado —.