¿Soy una mala persona?
Es que por favor quién me diga qué es ser mala.
Lo importante aquí es que estoy en un riesgo bastante inminente de decepcionar y lastimar a alguien que me importa mucho. Sé supone que el otro no me importa.
¿Por qué la mayoría de los textos tienen que ver con la mierda del amor? Siguiendo esta lógica sería más fácil escribir de matemáticas.
Me atrevo a decir que lo peligroso de todo esto es que el sentimiento desenfrena hasta al más calmado humano; y la persona más cuerda puede terminar con los sesos derramados y sangre en las manos.Explícitamente ¿qué siento yo? ¿Será que algún día seré capaz de decírmelo? Puedo empezar por intentar escribirlo, y es que expresarme escribiendo es mi mejor forma de poder contarme lo que ni yo misma en el desequilibro de mi mente me digo.
¿Los quiero a ambos? ¿será que ninguno de los dos me importa realmente? Querido lector, no es difícil notar que mis diálogos y charlas existenciales son más preguntas que afirmaciones. Según yo quiero al primer ente; y lo he querido hace mucho tiempo. El problema es que lo siento tan dependiente y tan enamorado que me aterra que se quiera seguir quedando. Es un poco hostigante porque siento una enorme responsabilidad emocional con él, y que tengo que responderle, y muchísimas veces he pensado en terminar. El problema atento receptor es que, aunque usted lo pueda ver muy sencillo, se me destruyen los argumentos cuando lo veo y lo tengo cerca. Me trastorna su olor, sus gestos de niño chiquito y consentido, adoro su cara y la sensación de su piel cuando le acaricio, las bobadas con las que me sale y lo idiota que se ve cuando me mira; me hace sentir la mujer más afortunada del mundo al tenerlo, es estúpido ¿no? Debo admitir que fue todo un proceso admitirme el que estaba enamorada. Pero usted dirá "y si todo está bien, y si usted se siente así ¿cuál es el inconveniente?"
Pues yo le diré querido "es que como que me gusta alguien más..."
Resulta que en este mundo tan acelerado y cambiante hago parte del enorme numero de personas de la nueva generación que les parece imposible atarse a una relación. En mi caso nunca he sentido ganas de comprometerme sentimentalmente con nadie, y ahora que lo tengo me aterra; pero lo que más me aterra para ser honestos es que él está demasiado comprometido y tiene demasiadas expectativas de mí. Yo realmente no sé que haré mañana, y siento que tengo demasiado en mi vida y para nada quiero decepcionarle, pero que se involucre tanto me espanta y que espere tanto de mí me espanta aún más. Cosas como que considere perder una oportunidad de salir del país por quedarse conmigo solo me hacen querer alejarme, porque por más que lo quiera quiero es verlo bien, no lo quiero atado conmigo. Ah, bueno, sí, también tengo una forma bastante particular de amar. Probablemente si usted ha estado pendiente de los últimos trending topics y de las películas populares más recientes podrá conocer, o por lo menos recordar, una nueva denominación de relaciones como lo es "el amor libre", "el poliamor" y "las relaciones abiertas"; que aunque ya existían antes es en esta ultima mitad de década donde se han popularizado y adquiriendo renombre entre la nueva sociedad globalizada. Pues bien, aun no sé en qué catalogarme pero soy capaz de entender, incluso porque a mi me pasa, que un ser humano puede amar a dos personas si se complican las circunstancias, y que es inevitable una atracción sexual por otro ser por más que se intente negarlo. El castigarlo o reprocharlo es mentirnos a nosotros mismos, porque el amor no depende de una atracción; porque el amor entre más se prohíba y se enjaule más rápido morirá; porque algo que tengo muy claro es que puede haber sexo sin amor, pero que es muy raro el amor sin sexo.
Para mi el amor es una decisión consiente de dos personas, o más en el caso de las triadas, etc, de estar juntas y apoyarse entre sí hasta en los momentos más difíciles; con el que además haya una atracción física muy fuerte que termine creando una dependencia entre la parte física y la sentimental. Claro, todo va hasta que alguno de los dos decida lo contrario, y se deben respetar las decisiones del otro ya que ambos están y han estado siempre en libertad de elección.Ahora que ya más o menos pude expresarle lo que considero, continuaré con el drama que da propósito a este fragmento que poco a poco se transforma en carta. Hay alguien más. Alguien que durante mucho tiempo ignoré con facilidad pero que ahora gracias a un entusiasta impulso de prestar atención a su comportamiento me empezó a interesas gracias a su indescifrable personalidad frente al mundo. No es que no la haya tenido antes pero fue la primera vez que me interesó porque así que podía haber algo diferente.
Resulta que un día después de una charla incómoda, silenciosa, melancólica y nostálgica de rabias pasadas terminé escribiéndole una carta al sujeto en una clase de tres horas, en la que por más que intentaba concentrarme no logré más que desbordar prosa inconforme y sensible. Cuando la leí incluso me sorprendí de haberla escrito. Cabe aclarar que esa carta ya no existe pero parecía enamorada en proceso y todo. Luego siguió un poema entre contrastes de mi vida y de mi en el que cada sujeto representa un polo. Pronto también ardió en mi papelera porque odiaba darle tanta importancia a un ser tan burdo.Después de malos besos y par de meses de evitarlo, volví a mirarle la boca mientras hablaba de cualquier cosa que había aprendido la noche anterior, volví a querer morderlo y quería subyugarlo a besarme de una forma en la que me escuchara a mi también. En una tarde bastante calurosa y arrasadora decidí aprovechar el atardecer y las vacaciones para alcoholizarme y desaparecer un rato de responsabilidades antes de terminar en casa de mi padre. No lo había planeado en un principio y juro solemnemente que no fue así; pero pues resulta que yo no era la única que no podía dejar de mirar los labios, y entre supuestos roses involuntarios, chistes con dedicatoria y muchos trapitos al sol era notoria la tensión que se generaba en esa mesa y probablemente en la sala de ese bar. Solo hizo falta una simple pregunta; breve, pero de gran magnitud. "¿me puedo quedar en tu casa?". El terminar con un saco enorme en mi maleta dos días después y con muchos recuerdos demasiado explícitos para contar hizo que todo se desencadenara aún más; y una noche de salsa y reggaeton junto a un par de polas y besos contra la pared no ayudaron mucho a detener el proceso. El inicio del fin, supongo yo, pues cuando algo inicia ya está fechando su fin para algún momento.
Sin mayor detalle hay semanas sin charlas y horas de extenso engarce, y se alterna con sorpresivas muestras en público y actitudes tiernas. Lo peor es que aunque yo idee que esto pasara mi control es sutil, y he preferido dejarle ser para ver sus intenciones y en parte algo de su ser. Pero me aterra que lo que me muestre me guste demasiado, y que la persona que digo que amo pierda posición.
Soy demasiado egoísta como para querer alejarme después de tener estas dos circunstancias, aunque sé que deberé tomar una decisión.
No pido su opinión ni me pongo en su lugar porque sé lo fácil que para muchos puede ser la respuesta. Pero para mi explorar ambas partes son igual de válidas; y estrellare o caer al vacío me es necesario para poder sacar más provecho a la experiencia y aprendizaje.
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Bipolar.
Short StoryAlguien que es demasiado grande para poder escribir un diario pero que al tiempo es demasiado inexperta para llevar su vida emocional