Nos casamos en invierno. Todo el mundo se extrañaba por la fecha, pero era la época en la que empezamos a ser pareja y resulto especial y único. Fue a finales de diciembre, en una finca en Madrid. Estaba todo precioso. Habíamos pasado mucho tiempo organizando cada detalle de la boda y nos hacia mucha ilusión que nuestros amigos y familiares lo disfrutasen junto a nosotros. Juramos nuestros votos ante nuestra gente. Mario estaba guapísimo y yo me sentía preciosa aquel día.
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La decoración estaba mimada al detalle:
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