•accιdenтalмenтe enaмorado• EMILIACO

Capítulo dieciséis: Cambios.

Joaquín suspiró por sexta vez en lo que iba de la mañana. Era sábado ya había regresado a su departamento. Su hermana había prometido ir, así que mientras esperaba veía silenciosamente por la ventana que daba a la calle recordando la conversación que había tenido por última vez con Emilio.

*

—¿Qué pasa?—preguntó el rizado dejándolo pasar a su habitación.

—¿Podemos hablar?

—No creo que sea un buen momento—murmuró sin mirarlo.

—Pero es importante.

—Pasa.

Entró mordiéndose el labio, sin saber por dónde empezar. Ambos se quedaron en silencio y un ambiente tenso llenó el lugar.

—Joaquín.

—Emilio.

Los dos pronunciaron los nombres al mismo tiempo, haciendo que se vieran a la cara y sonrieran de lado.

—Tú primero—pidió Emilio.

—Bien, sobre ayer...

—Se que lo hiciste por las cosas que dije, así que no te sientas culpable—dijo rápidamente.

—¿Eso qué significa?—cuestionó confundido, viéndole con el ceño fruncido.

—Solo fue un beso, no quiero lastimarte, lo mejor será hacer como que no pasó—estableció rascándose la nuca.

—¿Lo que me dijiste ayer fue en serio?—inquirió después de un silencio incómodo.

—Si, no negaré eso. Pero no puede volver a ocurrir algo así, perdón.

—¿Por qué?

—Es difícil—musitó.

—No, no lo es, solo dilo y ya—alegó.

—No puedo.

—Bien. Creo que ya es hora de irme, iré a despedirme de tu mamá, gracias por todo Emilio—masculló.

—¡Espera!, aún puedes quedarte, no quiero que esto cambie.

—Pues ya cambió—le miró enfadado y salió del lugar.

*

El sonido del timbre lo hizo regresar a la actualidad. Parpadeó varias veces y caminó directo a abrir.

—¡Joaquín!—exclamó abrazándolo.

—Hey.

—¿Qué pasa?, no te ves muy feliz—se alejó un poco, viéndolo.

—No quería decirte por teléfono, entra—se separaron y se hizo a un lado.

—¿Tiene algo que ver con quien creo?