La Casita de Madera.

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Esta historia nace de un hecho real de mi vida —o sea yo viví la mayoría de estas cosas— ya que la casita sí existe, de hecho, queda a tres casas de donde vivo, por lo que la puedo ver cada día, con sólo cruzar la puerta de mi casa, que también es al estilo de cabaña, casi así como en la película El Aro-La Llamada, donde sale Samara y la cinta extraña de los siete días. Sí, todo un comodín.

También la historia de mis ex-compañeros escolares es real, o sea, la parte donde contaré los desastres que ellos cometían allí. El final está agregado, a excepción de la parte donde los personajes principales se  separan para no volver a verse jamás, eso sí que me pasó, bueno, nos pasó a todos, ya que nuestra amistad ahora es una historia, y todos nos retiramos dejando huellas los unos en los otros.

Quise escribir esto porque es la vida de dos personas diferentes. Alguien una vez me contó que se veía con un chico en un lugar, pero que lo había conocido gracias a las salidas con los amigos que tenían en común, y después de que pasó el tiempo, simplemente dejaron de verse, pero ya ella llevaba la marca de él, luego... Leerán lo que pasó. Yo agregué la parte de la casita en el bosque, y mis salidas con mis amigos.

Esta historia es sumamente corta. Consta de un solo capítulo en sí, ya que es una carta que he escrito a ese chico lindo que se fue sin saber el desmadre que dejó en mí. No supo jamás todas las locuras que cometí cuando se fue. Pero por eso me encargué de hacerle esta carta, y ahora, él tendrá que regresar al pasado y asumir las consecuencias. Juro que la leerá, pues yo misma la llevaré a su buzón.

Odio las introducciones largas, así que vamos allá, ¿vale?

Nuestra Casita de Madera.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora