Letalmanía

I. Muertos vivientes

Mi nombre es Milz, pertenezco a la especie de los muertos vivientes, esa es mi raza. Nuestra especie siempre ha sido muy débil, ya que nuestras habilidades de combate y caza son pésimas. Lo único que nos beneficia es nuestra persistencia. Ahora se los explicaré brevemente.

Un muerto viviente es capaz de regenerar una herida en cuestión de segundos, dependiendo del aspecto físico del individuo y la gravedad de la herida. Un corte normal tan solo se tarda unos segundos en regenerarse, mientras que un cuerpo mutilado se tarda minutos pero si tienes un cuerpo debilitado, puede ser en cuestión de horas o incluso días.

Un muerto viviente adulto puede sobrevivir unas 3 semanas sin comer e ingerir nada. Pero el dolor de estómago que causa es insoportable, es el precio de tener un cuerpo tan resistente.

Ahora pensaréis que todo lo que he contado es ventajoso, pero al cabo, todos tenemos que pagar el precio. A pesar de tener un cuerpo resistente y casi inmortal, nuestra especie lo está pasando mal. El único alimento que podemos tolerar es la carne, la carne fresca pero es inútil.

Como dije antes, nuestras técnicas de combate y caza son pésimas. Casi nunca volvemos con grandes botines después de una cacería. No hay comida suficiente para alimentar a toda la población y para el colmo, tenemos una población muy densa, ya que somos prácticamente inmortales y no nos morimos tan fácilmente. Muchas personas se intentaron suicidar, pero es inútil. Por mucho que lo intenten, no nos podemos morir fácilmente. Las personas se quedan inconsciente debido al esfuerzo y el dolor que soportan al intentar suicidarse, y cuando se despiertan, su cuerpo se ha regenerado por completo. El único suicidio efectivo es morir quemado, si exacto, la peor muerte de todas, lento y doloroso...
Pero la peor muerte para un muerto viviente es morir de hambre, algunos caen de la desesperación y acceden a morir de esa manera.

Dejando el tema de las muertes, procederé a hablar sobre nuestra relación con las otras especies. Para empezar, los humanos y los elfos que son nuestro peor enemigo, ya que nos alimentamos de ellos.

Los humanos carecen de magia y poderes, es la penúltima especia más vulnerable. La más vulnerable de todas somos nosotros, los muertos vivientes.
Pero aunque carezcan de magia, no somos rivales para ellos. Nos aplastan como si fuéramos hormigas, dados que dominan bien las técnicas de combate.
Tan solo nos podemos cazar a las crías, es decir, niños. Pero en algunas ocasiones, si tenemos suerte, podemos cazar a algún adulto. Suena cruel pero es lo único que podemos hacer si queremos sobrevivir.

Ahora procedamos con los elfos. Los elfos son veloces. Tienen una movilidad asombrosas y son el maestro de la evasión y del engaño. Son unos exploradores y cazadores espléndidos. Apenas somos nada para ellos. Nos fulminan y nos echan de sus territorios en cuestión de segundos. Pero su carne proporciona muchos más nutrientes que los de los humanos. Nos proporcionan grandes beneficios y nos fortalecen las mentes. Poder cazar exitosamente un elfo es como si te hubiera tocado la lotería, todo el mundo iría a comprarlo aunque solo sea un trocito.

Los muertos vivientes siempre fuimos muy pobres y siempre carecemos de provisiones. Yo tuve la suerte de haber nacido en una familia adinerada, ya que mi padre era un cazador veterano y mi madre era una estratega en invadir territorios. Nuestra familia siempre fue muy admirada por el pueblo y ocupábamos un puesto muy alto en la sociedad.

La próxima semana me iré a la casa de mi abuelo a entrenar para poder ir a la guerra. No quiero ir a la mili porque mi abuelo tiene mucho más experiencia que el instructor de guerra y sé que me entrenará mejor. Es un privilegio ser su discípulo, ya que casi nunca acepta entrenar a desconocidos, y yo tuve la suerte de haber sido su nieto y poder ser entrenado por él.

Mis padres dieron mucho por la supervivencia de la especie y yo haré lo mismo. Ya es hora de que nos levantemos de nuestras tumbas y que recuperemos lo que nos pertenecía. Tenemos nuestra persistencia y un cuerpo prácticamente indestructible. Hay que sacar lo máximo de ello y usarlo a nuestro favor, aunque nuestras técnicas de combate fueran horribles, pero la práctica hace el maestro. Como lo hicieron mis padres y mis abuelos, ellos estuvieron entrenando para adquirir esas habilidades mientras que los elfos los adquieren al nacer.

Estoy decidido, me convertiré en uno de los mejores guerreros del reino y recuperare lo que perdimos hace mucho tiempo. Si, exacto, yo solo, sin la ayuda de nadie.
Ya que un muerto viviente puede ser lo más poderoso que quieras hasta un punto que puedas derrotar a un ejército entero, o incluso más.
Pero esa ya es otra historia que no deben saber de momento...

Continuará...