Capítulo 3

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La noche ha llegado otra vez, con lluvia y frío camino sin rumbo alguno, me gustaría volver a casa pero seguro ese hombre y su linda esposa siguen ahí.

—Mocoso, pescaras un resfriado—una chaqueta cae sobre mí, volteo y me encuentro con Shiki-san—anda, volvamos—sostiene un paraguas sobre nuestras cabezas.

—¿No te has enterado? Ya no tengo un hogar—la lluvia continua y nos quedamos bajo el techo de una parada de autobuses—voy a irme muy lejos a vivir una gran vida, entonces se arrepentirán por no haberme querido.

—Vaya, palabras dignas de un hombre—enciende un cigarrillo.

—¿Me das uno?

—Los niños no deben fumar—sonríe burlonamente.

—Hmp, anciano tacaño—me cruzo de brazos.

—Que tal, ¿si vienes a casa conmigo? tengo mucho espacio para un mocoso.

—Estas con los yakuza, ¿cierto? —asiente—entonces no, gracias. No quiero tener problemas.

—Que niño tan inteligente. Entonces vuelve a tu casa, tu madre está muy preocupada, no deberías haber escapado de esa forma.

—Pero no es justo, ella va a mandarme con ese señor enojado—pongo mis dedos índices a la altura de mi cabeza—parece un toro que quiere ensartarme con sus cuernos.

—Es tu padre ¿no? Recuerdo a cierto niño llorando porque sus compañeros lo molestaban por no tener padre. Ahora que ha vuelto por ti, ¿quieres volver a perderle? —su expresión es tranquila, pero sus palabras son afiladas. Siempre es así, un zorro muy astuto.

—Los doctores dijeron que la enfermedad de mi madre es incurable, si voy con ellos, sé que tendré que actuar como su hijo. Además, yo ya sabía de ese hombre—vuelvo a cruzarme de brazos.

—¿Cómo? —me mira sorprendido.

—Encontré su foto entre las cosas de mamá, era parecido a mí, cuando se la mostré a Ren dijo que podía ser mi papá, detrás de la foto estaba su nombre, así que lo buscamos en Google y supe de su familia, son muy ricos. Intente llamarlo una vez a su empresa, pero me dejaron esperando en la línea. ¿Quién se cree? —me indigna recordar ese día.

—Tal vez lo tomaron como una broma—lo escucho reírse.

—No puedo entender porque no me quiere, ¡soy la cosa más linda de este mundo! —enfatizo con mi dedo al cielo.

—Eso solo lo dice tu madre—lo fulmino con la mirada y finge no haber dicho nada—Izaya... a veces los adultos tomamos decisiones muy difíciles, es parte de madurar como personas el aceptar unas cosas para liberar otras, un mocoso de tu edad no pondría comprenderlo del todo.

—¡Si me lo explicas bien puedo! ¡Entendí las matemáticas básicas antes que cualquier otro niño de mi edad!

—Es verdad—se agacha a mi altura y me revuelve el cabello—eres muy inteligente y un buen niño—su expresión es muy dulce, me siento muy cálido—por eso debes apoyar a tu madre, ¿lo sabes, cierto?

—Si—bajo la mirada. Desde que recuerdo Shiki-san ha estado con mi madre y conmigo, para mí, él es mi único papá.

—Hagamos un trato—sonríe—trabajaras para mí.

—¿Cómo? Ya trabajo en tu club, ¿intentas explotarme?

—Ah, pero este es un trabajo más importante y de mayor nivel, solo los mejores pueden llevarlo a cabo y completarlo, me pregunto ¿si tu podrás?—me mira examinándome, ¿Quién se cree para dudar de mi?

—¡Claro que sí! —contesto con fuerza.

—Bien, entonces iras a vivir con tu padre—mis ánimos se bajan—pero—me pica el interés—me informaras de todo lo que ocurra en esa casa, o de las acciones de las personas que te rodean.

—¿Y qué ganas haciendo eso?

—Información.

—¿Y eso de que te sirve?

—Nunca se sabe demasiado de las personas. Algunas otras pagan muy bien por esa información.

—Solo quieres estafarlo, ¿verdad? Vi en la TV que los criminales recolectan información importante de sus víctimas para después, sacarles dinero—se ríe—no dejare que vayas a prisión por eso.

—Tú también ganas algo a cambio—se pone la mano en la barbilla—¿realmente luzco como ese tipo de persona?

—¿Qué gano yo?

—Esa gente rica no dejara que los medios hurguen entre tu vida pasada, porque afectaría su imagen, así que, ocultan tu pasado y para callarte, te darán todo lo que desees, junto con los mejores doctores para atender a tu madre. No necesitaras trabajar más en el club, iras a una buena escuela privada y vivirás bien—un auto lujoso se detiene frente a nosotros— ¿y bien?

—Suena genial—subo al auto primero y luego él—¿Por cuánto tiempo trabajare para ti?

—Hasta que tu madre se recupere, ¿te parece? —Asiento—cuando eso suceda, ideare un plan para que ambos escapen del país sin ningún inconveniente.

—Mamá dice que no es bueno usar a la gente—le reprendo como mi madre hizo una vez conmigo.

—Está bien cuando es con un buen propósito—mmm, supongo, que tal vez tiene razón—¿y bien, mi pequeño informante? ¿Aceptas?

—Acepto—nos estrujamos las manos como hombres de negocios.

Rosez: Past |Shizaya|Where stories live. Discover now