κηδεμόνα [GUARDIÁN L.S]

Πρόλογος [PREFACIO]

Un universo donde Zeus aún gobierna desde el Olimpo, donde se toman las mejores decisiones y la paz abunda, donde las guerras no existen, ni si quiera entre los mismos Dioses, donde no se sabe lo que es el calentamiento global, una era donde no hay matanzas ni armas, ni dolor ni enfermedad, donde no hay más que felicidad, excepto donde vive Leir.

Un lugar donde el sol casi no se asoma entre las colinas, la violencia está siempre a la vuelta de la esquina, violaciones, asaltos, los recursos son inaccesibles, donde vives y caminas de la mano del hambre, el dolor y el miedo, donde el agua es escasa, y la oscuridad llega a las tres de la tarde.

Él era un arma incendiaria

Que ardía sobre poesías

Rompía esquemas

Y era dificil de controlar

...

Plasma en escritos

El desastre de su alma

Y sus más oscuros secretos

Que no divulga al exterior

…

Mezcla de sonrisas y tristezas

De timidez y proezas

Lleno de un caos desenfrenado

Y un misterio poético

.…

Cuidado con éste fuego

Que arde a media noche

Despilfarrando letras

Que llegan a bellas poesías

…

Su arma es venenosa

Sin embargo, a veces se apaga

Con tanto caos y destrucción

Quedando doblegado

…

Ardiente como el sol

Que guarda en su interior

Misterioso asegurado

Sin ningún temor

…

Fuego irremplazable

Único en el mundo

Ocasionando desastres

Para después transformarse en arte.

-André. LA QUÍMICA DEL FUEGO GRIEGO.

Zeus colocó una olla de oro sobre aquel fuego blanco que surgía de entre las piedras, una pizca de amor midió con sus dedos y la echó a aquel recipiente, y ésta comenzaba a convertirse en espuma al entrar en contacto con el calor, pues un poco de la semejanza de afrodita llevaba, vació la misma cantidad de luz sobre ya la espuma esparcida, sus dedos gruesos y grandes ya brillaban a causa de ésta, melodía salía al mezclarse, guiaría, iluminaría caminos oscuros y llevaría a la vida salud y bienestar, de Apolo se trataba esa característica; y finalmente agregó inteligencia de Atenea, en misma, equitativa cantidad, éste sería el correcto, éste sería el perfecto, de entre la espuma del mar surgiría cayendo del cielo a la par que la luz del sol ilumina su nacimiento, las aves cantarán, y al pisar por vez primera la tierra el dolor y sufrimiento para aquella débil e inocente alma al fin desaparecerán.

Uno por uno irá acabando con el mal de aquel rincón olvidado del planeta, uno por uno iría remediando aquel error que le hizo hacer su hermano; los gigantes del olimpo se hicieron humanos, enamoraban con el hechizo, provocaban la desgracia, había autodestrucción.

El resaltaba de todos, por su belleza, su largo cabello, su carisma y su interés, o quizá porque no era un ser común y corriente, tal vez porque no era un simple humano. Siempre tenía esa mirada hechizante que le hacia estremecer con sólo verle unos segundos a los ojos, veía su alma, leía su mente, y alimentaba sus oidos con aquella grave y lenta voz que salía de entre sus carnosos labios, tal vez era por su acento y la forma en como mueve sus labios. Rueda los ojos cuando encuentra algo patético, suspira cuando le ve llorar, pero lo mejor y que más le caracteriza, es que le envuelve entre aquellos brazos protegiéndolo como si fuese su guardián.