23.

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Deje los platos en el fregadero.
-Ven. Quiero enseñarte una cosa.
Me enseño una carpeta y saco un croquis.
-Así es como creo que van a entrar al banco.
-Podría haberme traído mi carpeta. Por que no me has avisado.
-No te he invitado aquí por trabajo.
-A no?
-No. Y esto solo han sido suposiciones mías. La otra noche no podía dormir.
-Déjame verlo.
Lo ojee durante unos minutos.
-Calum. Es... Tenemos que llamar a la comisaria. Por que no me lo habías enseñado? - sin darme cuenta había dejado caer mi mano en su regazo.
-Se me ocurrió anoche. Y no sabía si tenía mucho sentido.
-Tiene todo el sentido del mundo. Tenemos queamdarlo a la comisaria, necesitamos que hagan guardia aquí y...
Su mano estaba sobre la mía.
Mis pulsaciones subieron.
-Darri.
-Si?
-Puedo besarte?
Hood quería besarme. Hood quería besarme. Y yo quería que me besara.
Asentí despacio con la vista en sus labios. Tan gruesos y apetecibles.
Estábamos tan cerca que podía sentir su respiración en mi boca.
Calum junto nuestras bocas despacio.
Sus dos manos me sujetaban por la nuca.
Cuando nos separamos, Hood carraspeo.
-Voy a llamar a la comisaria y...
No deje que siguiera. Calum gimio sorprendido cuando atrape sus labios entre los míos.
Todos mis músculos se relajaron cuando sus manos me acercaron a él.
Sin darnos cuenta, nos encontrábamos medio recostados en el sofá, desnudos.
Las manos de Calum se encontraban por todas partes.
-Estas segura de esto?
-Si.
No había estado más segura de algo en mucho tiempo.
Bese su cuello mientras Hood se alineaba en mi entrada.
Cada uno tumbados de costado, mi cuerpo ligeramente bajo el suyo, completamente abrazados. No había mucho espacio en el sofá.
Cuando empujó sus caderas contra las mías, tuve que morder su hombro para no gritar.
-Darri, eres increíble.
Calum se sentía distinto. Lo sentía más cercano a mi de lo nunca había sentido a Luke o a cualquier otro.
Acaricié su espalda y bese su cuello y mejilla.
Movíamos nuestras caderas buscando al otro, guiandonos.
-Darri... - gimio Calum en mis labios.
Acaricié su pelo.
-Bésame.
Nuestras lenguas se mezclaron durante unos segundos.
-Más rápido.
-A sus órdenes, mi bella dama.

Inspector Hood. (Calum Hood) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora