Relato N° 1

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Hay días en los que todo sale mal, no importa lo que hagas nada te sale bien. Cuando uno pasa por esto solo se desea volver a la casa y acostarse a dormir para que ese día desdichado finalice de una vez. El problema sucede cuando esta serie de tragedias no finaliza, sino que continua sin que uno puede entender que está pasando.

MALA SUERTE

—No puede estar pasando esto —dije mientras observaba los vidrios esparcidos en el suelo y toda la gaseosa deslizándose entre mis zapatillas.

En el almacén todos se veían molestos ante la escena que tenían en frente, pues todos sabían lo que les tocaría hacer ante tan desastroso evento.

— Raul, muévete de una vez y limpia eso ­—dijo el jefe quien se veía muy enojado — y luego pasa por mi oficina — añadió.

Las actividades eran rutinarias en el almacén que casi no hacía falta mencionarlas. Raul quien llevaba años trabajando en el mismo lugar no podía creer que le estaba pasando algo tan típico de los novatos, el dejar caer gaseosas al suelo. Una mala maniobra en el pequeño coche de transporte había ocasionado que todas las cajas de gaseosas cayesen al suelo, rompiéndose las botellas y desparramando su contenido en todo el lugar, un desastre que iba retrasar el horario de salida de todos.

— ¿Qué te está pasando Raul? —dijo el jefe quien se mantenía sentado en su escritorio fumando un cigarro — no sueles cometer esta clase de errores, pero últimamente te veo muy distraído y preocupado —lo dijo de forma tranquila y serena.

—La verdad, no sé qué es lo que me está pasando —dijo Raul.

—Tomate unos días para que descanses ­—dijo el jefe apuntando con el cigarro —, pero me temo que se te descontara el costo de lo que has roto. Es lo mejor que puedo hacer por ti —sentenció.

—Está bien, gracias por no despedirme —indicó Raul, luego se paró y se retiró del almacén.

Mientras se dirigía hacia su hogar manejando su pequeño automóvil, iba pensando en toda la clase de problemas que se habían presentado esa semana. Todo había comenzado con el rompimiento con su enamorada quien además de echarle en cara todo lo que se había guardado en los últimos años, también lo insulto y maldijo. Luego aparecieron los problemas financieros, estos contraídos por una tarjeta de crédito mal adquirida que había generado una deuda enorme para Raul.

El día anterior recibió la noticia que su hermana estaba enferma y necesitaba ayuda económica, la cual él no podía proveer dado los acontecimientos recientes y para colmo de sus males acababa de ser enviado a descansar unos días sin paga y con un descuento en camino en el trabajo.

—Las cosas no podrían estar peor, pensaba mientras miraba a la acera ­—dijo Raul, cuando el sonido profundo de una bocina lo alertó que estaba cerca de despistarse hacia unas rocas enormes en el camino.

Pisando fuerte el freno pudo evitar el accidente, pero aun así necesitaba cierto descanso para sus sentidos por lo que se estacionó a un costado de la carretera a pensar. En la lejanía observo un bar poco iluminado con algunos carros estacionados en la parte frontal.

—Qué más da —dijo mientras suspiraba — unas cuantas copas no pueden empeorar esta maldita semana —sentenció.

Entrando en el bullicioso bar se sentó en la parte delantera frente al barman.

—Sírvame una jarra de cerveza —pidió.

—En un momento señor —respondió el barman.

Al recibir su cerveza, este lo bebió con tanta rapidez que no pudo evitar soltar un suspiro de relajación.

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⏰ Last updated: Aug 30, 2019 ⏰

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