Capítulo 8. El Contrato

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Después de que Taichi rompiera el cristal (Runeston), una puerta de luz se materializó delante de él y Yuuki quien seguía inconsciente.

aquella puerta era la anhelada salida de la mazmorra, el pelinegro no dudo ni por un segundo en salir de aquel oscuro y tétrico lugar, así mismo tomó entre sus brazos a su inconsciente compañera y con la poca fuerza que le quedaba, la levantó como una princesa.

la cara del muchacho mostraba dolor por el esfuerzo y cansancio, el dolor era punzante y constante, la herida de su abdomen por donde fue apuñalado seguía latente, después de todo, Risa le había atravesado de extremo a extremo con su propia espada.

el simple hecho de estar vivo ya era una burla a la deidad que administrara el infierno o el cielo de aquel mundo, el orificio de salida por la que emergió la cuchilla en su espalda simplemente ya no estaba, y la herida por donde entró la misma había empezado a sanar rápidamente, pero esta aún no había cerrado por completo y seguía sangrando.

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Fuera de la mazmorra Onix...

En la puerta de la torre emergia un portal de luz, del cual salía Taichi y la pequeña Demi-Humano en sus brazos, la puerta que fue el principio de su agonía, ahora era la llave de su libertad.

Le había tomado unos minutos a Taichi alejarse unos metros de la fortaleza en ruinas, buscando un sitio más seguro donde poder descansar y donde pudiera estar segura Yuuki, su fuerza parecía abandonarlo tras cada paso, su vista empezaba a nublarse y su cuerpo se tornaba cada vez más pesado, había perdido demasiada sangre.

Un ruido lejano llamo la atencion del chico, débil y cansado alzó su vista con dirección al horizonte, donde una cortina de polvo crecía a lo lejos como las que suelen verse tras una estampida en el desierto, esta era la estela dejada atrás de un individuo tan ilógico como bizarro.

"debo haber perdido demasiada sangre" (Taichi) susurraba con un tono hilarante para sí mismo.

El pensamiento derivada de una situación prácticamente imposible, el chico claramente debía estar alucinando, pues a lo lejos sus ojos parecía ver cómo un hombre fornido como una bestia con prendas femeninas, gritaba su nombre mientras corría a velocidades inhumanas hacia su dirección y sobre este aparentemente colgaban tres desafortunadas personas como si fueran piezas del juego de monos encadenados, estos últimos gritando y llorando por la velocidad a la que iba aquel sujeto.

"¡Taichiiiiiiiiiiiiiiiii....Yuukiiiiiiiiiiiii!... ¿donde estan mis niños?"(???)

Esa voz era inconfundible, pero aquello debía ser imposible, la cara del pelinegro se torno pálida al pensar que estaba muerto y que aquel sujeto era el castigo que el infierno le había mandado.

justo cuando lo alcanzó el gorila de barba dorada y compañía, Taichi perdió la conciencia dejando caer a la pequeña al suelo, segundos después se desplomó justo a lado de ella.

"¿Propietario? ...no, eso es imposible"(Taichi)

Tras esas palabras el chico se desmayó.

Aquel hombre no era ninguna alucinación causada por la hemorragia, el propietario del pony salvaje Afrodita-chan realmente estaba ahí y junto con el un equipo de aventureros.

 La Aventura de Akatsuki en otro mundo. (Hoka no sekai de no akatsuki no bōken) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora