— Estoy harto... Cansado de esta mierda de gente —se decía Andrés, era un hombre de estatura promedio, en los treinta, tenía una barba descuidada y la cabeza rapada.
Miraba como la gente ignoraba a una mujer que era acosada por un sujeto, miraba como el tipo llevaba contra su voluntad a un callejón.
— Maldita gente... Están podridos... —decía sujetando con fuerza una daga, Andrés era un malabarista, el cual tenía afinidad a lanzar dagas en lugares precisos.
Con resignación se retiró, metiéndose a la carpa, pocos cirqueros seguían despiertos, el show había acabado hace muchas horas.
— ¿Que sucede Andrés? ¿No fuiste a celebrar con el resto? —le pregunto un hombre musculoso.
— No Dexter, no estoy de ánimo—contestó mientras pasaba por la carpa.
Llegando a su remolque nota como todo era un caos, ropa por todo el lugar, trastes sucios junto con cajas de pizzas, se acercó a la barra, tomando su whisky.
—Vamos viejo amigo, llévame a cualquier sitio, solo deseo alivió —tomo un gran trago mientras miraba detenidamente el techo— ¿cuando el mundo se volvió tan frío? ¿Cuando fue que este miserable mundo me dejó ver sus verdaderos colores?
El dolor era su único acompañante, mientras bebía su botella, poco a poco se pérdida en la bebida, más pronto que tarde un sentimiento de impotencia y asco surgió en él.
— Apenas caigo en cuenta... Yo no soy diferente que toda esa gente... —frustrado paso sus manos sobre su rostro— doy pena... Si tan solo pudiera hacer algo... Este mundo está podrido.
Toma el control remoto y enciende la televisión, buscando escapar de si mismo, pero la pantalla mostró una grabación de una pelea de The Blue y el Ojo del mal, este héroe mostraba talento en artes marciales, Andrés quedó absorto ante la grabación, The Blue daba patadas, piruetas y puñetazos a diestra y siniestra, parecía que podía ver cómo sus adversarios vendrían a el.
— ¡Es increíble! ¡Realmente una persona puede marcar una diferencia!— la emoción de ver a The Blue en acción llenó el vacío del hombre — ¡Lo haré! ¡Justicia!
Esa noche Andrés tuvo un sueño peculiar, estaba el frente un espejo, su reflejo imitaba toda acción que el hiciera, hasta que sacó una daga, su reflejo no lo hizo, esté solo le miraba esperanzado, la mano que sostenía el puñal flaqueó, pero sin misericordia se hundió en el cuello del reflejo, Andrés fue manchado por la sangre, el cuerpo de su reflejo cae al suelo, pero un sentimiento de pavor lo invadió al ver que detrás de él caído había cientos más.
Andrés se mira en el espejo vestía un pasamontañas con una calavera pintada de blanco y un saco verde, armado de múltiples dagas
Al despertar olvidó el sueño,al despertar había nacido un escorpión.
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México: Los Testigos
AcakAnécdotas variadas de héroes, villanos y civiles que vivieron la odisea que el mundo enfrento.