Por casualidad

Capítulo 1

Narra Luisita

¿Qué hago en una discoteca? Ni yo misma lo sé, soy de planes más tranquilos, más sencillos. Quiero irme, no me apetece nada estar aquí. He venido porque mi hermana María ha insistido, dice que tengo que salir más. Además, hace ya un buen rato que se ha ido con su novio Ignacio al baño y no ha vuelto. Me puedo imaginar lo que están haciendo, pero si pensaba venir aquí para liarse con su novio, yo me podría haber quedado en casa tranquilita.

Me siento en uno de los sillones que hay libres. Doy un sorbo a mi copa y fijo la mirada en la pista de baile. Dos chicas bailan al ritmo de Ya no quiero ná, se divierten como todos a mi alrededor. Todos menos yo. Una es alta y pelirroja, la otra es morena y tiene un gran pelo rizado. Como si notasen que las miro, dejan de bailar y se acercan a la barra. Piden unas copas y la morena se da cuenta de que la observo. Joder, intento disimular, pero se me da de pena. Vuelvo a ojearla y nuestras miradas se cruzan. Me sigue mirando, me sigue mirando. Los nervios me recorren el cuerpo y no sé qué hacer. La chica morena sonríe y se va con su amiga en dirección a la salida. Suspiro aliviada, ha sido un momento un tanto extraño. ¿Por qué me miraba? ¿Por qué?

Dejo de hacerme preguntas para dar paso a la desesperación. Que venga ya mi hermana, joder. Me acerco a la barra y pido una copa. Y otra. Y otra más. Pierdo la cuenta cuando noto el aturdimiento en la cabeza. A lo tonto me estoy cogiendo una buena cogorza. Necesito tomar aire fresco, pero no me puedo ir sin mi hermana, ¿o sí? No lo pienso dos veces cuando salgo a la calle y el frío de la noche me da de lleno en la cara. Echo un vistazo en derredor con la esperanza de que mi hermana esté por aquí y nos podamos ir ya. Sin embargo, me encuentro con otra persona. Con ella.