Exchange aunt

Ms. Woodhouse

Incluso con la música alta y toda la gente que había en el salón, en aquel momento para Regina todo se quedó en silencio, con solo los personajes principales de aquella escena. Las miradas confusas continuaban siendo intercambiadas entre las cuatro mujeres allí presentes, que intentaban entender lo que estaba sucediendo. Kristin, entonces, decidió romper el enorme clima que se había creado en el pequeño espacio entre ellas.

—¡Regina!— sustituyó los labios entreabiertos por una ancha sonrisa, caminando hacia la morena y abrazándola rápidamente —¡Qué bueno verte de nuevo!

—Espera...—Lily dio dos pasos hacia atrás y se llevó las manos al pecho —¿Ya os conocíais?

Algo avergonzada y con una sonrisa tímida y nerviosa, Regina alzó la mirada hacia los ojos azules que tanto le gustaban y los miró profundamente.

—Estuvimos juntas en la facultad.

—¡Eso es genial!— dijo Lily entusiasmada —Por lo menos mi madre no se quedará sola, a fin de cuentas, ese era su mayor miedo.

Aún intentando entender las tensas miradas y las sonrisas nerviosas, Emma se giró con cuidado hacia Regina, que aún encaraba a la otra mujer.

—Emma, ¿vamos a bailar? Dejemos que hablen, que se pongan al día...Ciertamente lo necesitan.

—Cl...Claro—aceptó contra su propia voluntad.

De cierta forma, Emma aún esperaba que Regina le dirigiera una mirada que dijera "Está todo bien, no te preocupes". Fue arrastrada hasta la pista de baile, dejando a las dos mujeres de más edad solas cerca de la gran puerta de entrada.

—Tengo que decirte que estoy muy sorprendida, Kristin. No imaginé nunca que fuera a verte de nuevo después de nueve años—dijo Regina

—¡Ni yo! Míranos a las dos...Yo me licencié, tuve una hija, me casé, me divorcié, envejecí...Bueno, ¿y tú? ¡Por lo visto no has envejecido nada! El mismo rostro de bebé que en la facultad.

La morena sonrió tímida y cogió una copa de una bandeja que un camarero llevaba en las manos.

—Yo me licencié. Cuatro años dedicándome a la lengua y a la facultad. Solo eso. No me he casado, no he tenido hijos...Vivo con mi hermana y mis sobrinas.

—¿Fiona tuvo otra hija?—Kristin se llevó la mano al pecho y desorbitó sus grandes ojos azules —La última vez que vi a Bella apenas tenía cinco años. Debe estar enorme.

—Sí...Tiene 18 ahora. Y la otra, doce— sonrió—Tu hija es muy inteligente. Creo que lo ha sacado de ti.

—No quiero presumir, pero del idiota de su padre seguro que no—rieron—¿Quién es aquella muer que estaba a tu lado? ¿Aquella rubia?

—Oh...—En un acto involuntario, la morena se quedó mirando la punta de sus pies y buscó a la joven en la pista de baile, pero no la encontró —Aquella era Emma. Es...Una especie de sobrina temporal. Está en Inglaterra para estudiar.

—Me pareció confusa con la situación— comentó

—Todas lo estuvimos—cortó rápidamente el tema —Kristin...¿Te acuerdas de Zelena? ¡Está aquí! Vamos al bar, ¿hum? Mi hermana también está allí.

—Claro, vamos—la mujer le sonrió a Regina y la siguió hacia el bar.

Sentadas en los taburetes, Zelena, Fiona y otra mujer rubia conversaban, reían y bebían sus vinos en grandes y elegantes copas de cristal.

—Gente...— dijo Regina acercándose. Kristin estaba unos pasos atrás y se acercaba lentamente.

—¡Oh, Dios mío! ¿Kristin? Tú...—Zelena se atragantó con su bebida.