Sweetie (inacabada)

~ESPECIAL HALLOWEEN~

Asdfghjklñ

Nada que decir, espero que os guste el especial:3

Como todos sabemos, Halloween, está para hacer travesuras.

Clara, la vampiresa, aprovechó la ocasión para hacerle una broma pesada a su amigo Gabri. Nuestro protagonista se encontraba dando vueltas por su habitación, meditando algo que parecía molestarle mucho.

De repente, un pequeño murciélago voló al interior de la estacia, soltó una carta que llevaba entre las patas, haciendo que cayera al suelo y se marchó tal cual había venido.

Gabri, curioso, se acercó a la carta.

Era de Clara.

"Querido, o no tan querido, Gabri.

Naah es broma, tú sabes que yo te quiero mucho.

Supongo que te habrás dado cuenta del día en que nos encontramos. Y supongo que también habrás notado la repentina desaparición de Dani.

Si lo conectamos todo... ¡Pum!

Te espero en mi castillo, a ver qué eres capaz de hacer.

Ah, por cierto, el tiempo se acaba.

Un fantasmal saludo, Clara."

Arrugó el papel.

—¡Será...!—Pero no acabó la frase, teniendo en cuenta que el reloj no se detendría.

Saltó de la silla y se empezó a vestir. Cogió su espada y salió cabreado de su casa.

—Vamos a ver...—Miró el mapa.—Según esto Clara vive...—Divisó un castillo en lo alto de una colina.—... en ese castillo morado de allí. Hmm... bueno, no parece complicado.

Y empezó a andar.

La luna, curvada en una pícara sonrisa, iluminaba el camino. Árboles y arbustos se encontraban alrededor del sendero, y este ascendía con un zic-zac hasta el castillo de la vampiresa.

Desde su casa parecía un camino muy fácil, pero la verdad era que las baldosas moradas no parecían acabarse nunca.

Y ahora que lo pensaba, a esa vampiresa le gustaba mucho el morado.

¡Incluso la niebla que envolvía el castillo era morada!

—Morado por aquí, morado por allá...—Suspiró cansado.—¡No podía ser azul, tenía que ser morado!

—Tss... oye, tú.—Alguien lo llamó desde un arbusto cercano.

—¿Quién anda ahí?—Al acercarse a la planta una figura blanquecina salió del bosque.

—Me llamo Cris.—Saludó con una sonrisa.

—Gabri.—Le intentó dar la mano, pero al "tocarla", la traspasó.—Vaya, lo siento.

—No pasa nada.—Empezó a flotar.—Ya estoy acostumbrada. ¿A dónde te diriges?

—A recuperar lo que es mio. En el castillo de esa irritante vampiresa.

—¡Voy contigo!—Exclamó con eufória.—¡Siempre he querido visitar el castillo de la vampiresa!—Suspiró.—¿Cómo será por dentro?

—Morado, seguro.—Cris dio un par de vueltas en el aire.

—¡Voy contigo!—Repitió.

—Está bien... Vamos, no tengo mucho tiempo

Y empezaron a andar, o al menos Gabri, porque Cris se desplazaba por el cielo como si estuviera submergida en agua. A medida que iban subiendo el sendero las cosas parecían cambiar de lugar y sucesos extraños pasaban. Parecía que los árboles, con caras terroríficas, les observaban, en silencio. Mientras los aullidos del viento eran fácilmente confundibles con los de un lobo. A Cris no parecía importarle tales cosas. Pero Gabri, mirando a todos lados cada dos por tres, se puede decir que tenía bastante miedo. Agarraba con fuerza la afilada espada, preparado para cualquier cosa que pudiera pasar.