CAPÍTULO 3

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Salgo afuera y busco a Louis. Hoy se suponía que tenía que acompañarme a casa, pero durante el trayecto por los pasillos, al parecer lo he perdido. Espero un par de minutos en la puerta principal y me fijo que está a unos metros de mí hablando con Lisa y una compañera de clase. Salgo corriendo hacia ellos, hasta que choco con alguien y se me caen todas las cosas que tenía sujetas.

-          ¡Ah, perdona! – digo sin fijarme antes de con quién había interceptado.

Levanto la vista y me doy cuenta que es el chico rubio de ayer el que está delante de mí. Noto que me empiezo a sonrojar, y sinceramente no sé porqué. Ayer me salvó de un apuro parando a su ¿amigo?, y la verdad es que se lo agradezco.

Mientras que estaba fantaseando otra vez, el se agacha, recoge mis cosas con agilidad y me las devuelve. Yo las cojo y antes de que me diera cuenta, ya se ha ido, sin dejarme decirle por lo menos un “gracias”.

-          Noaaaaaaaaa – grita Louis en mi oído.

-          No chilles Lou – le regaño.

-          Perdona, pero es que últimamente estás muy pensativa, ¿te encuentras bien? – pregunta tocándome la frente e imitando la cara de preocupación de una madre cuando su hijo está malito.

-          Seguramente se ha enamorado de algún príncipe azul – ríe Lisa.

Ay, Lisa. Desde que salí con Louis no he vuelto a tener novios, ni rolletes, ni nada de ese estilo. Y desde que Lisa sabe de lo que pasó entre Louis y yo, por alguna causa está obsesionada con encontrar una pareja ideal para mí.

-          Qué manía la tuya de buscarme novio – digo rodando los ojos.

-          Es que he nacido para ser una celestina, y tú eres la persona que tengo más a mano.

-          Venga celestina, nosotros dos nos tenemos que ir – dice Louis burlándose del apodo que se ha puesto Lisa a sí misma.

Nos despedimos de ella y emprendemos el paso. Pasamos por “el callejón de las drogas”, nombre atribuido por Louis. Sigue teniendo ese ambiente sacado de una película de miedo, pero esta vez no se oyen ni voces, ni huele a humo de tabaco o a marihuana.

-          ¿Lo ves Lou? No hay nada peligroso en este callejón – le digo cuando ya estamos más o menos por la mitad.

-          Creo que hoy han ido antes, por lo que me han dicho algunos – Louis saca su faceta de cotilla.

Narra Niall:

¡Maldita sea! No han vuelto a venir los desgraciados. Ya estoy harto de repetirles que me devuelvan el dinero que me deben desde hace meses. Me voy furioso de nuestro sitio “secreto” donde normalmente hacemos nuestros maravillosos negocios. Paso por lo que era mi anterior instituto, y en el peor momento suena la sirena que da la salida a todos. La gente empieza a salir en grandes grupos y acelero el paso para no ser reconocido por nadie. Una chica con buen cuerpo pasa por delante de mí, haciendo que me quede embobado mirándola, hasta que algo me saca de mis pensamientos más perversos.

Alguien se había chocado conmigo, seguramente también iría distraído. Cuando giro la cabeza me fijo que es la chica que pasó ayer por nuestro escondite. Se disculpa sin darse cuenta con quien habla. Cuando sube la vista y se fija con quien se disculpaba, se pone nerviosa y veo como sus mejillas empiezan a tomar un tono rojizo. Me río para mis adentros, que inocente es la chica.

Me agacho y para ser caballeroso recojo sus cosas que se le habían caído al suelo. Se las entrego y me voy sin decirle absolutamente nada.

Menos mal que hoy no ha venido nadie, ya tenía suficiente con los comentarios que me estuvieron soltando ayer después de impedir que Kevin la amenazara con su navaja. Si no llegaba a pararlo, nos hubiera metido en un problema, y sinceramente ya tenemos los suficientes como para tener una denuncia de una chica por agresión.

Narra Noa:

-          ¡Ya Louis! Déjame comer – me quejo.

Como habíamos acordado, Louis se queda a comer a casa, y como siempre le gusta, pues ha decidido tirarme trozos de servilleta para molestarme. Mi madre se ríe mientras que limpia una sartén. Nunca ha tenido nada en contra de Louis, y siempre lo recibe en casa como si tuviera un pase VIP. Simplemente lo trata como si fuera su propio hijo.

-          Venga terminad de comer, que en la mesa no se juega – nos echa la bronca mi madre.

Terminamos nuestros platos de macarrones en silencio, soltándonos a veces miradas cómplices. Cuando dejamos los platos limpios de comida, recogemos la mesa y nos subimos los dos a mi habitación.

-          ¿Al final te quedas a hacer los deberes? – pregunto sentándome en la silla del escritorio.

-          Pues claro, pero me iré sobre las siete, luego tengo que ayudar a mi madre con la cena.

Durante las tres horas que pasamos juntos estuvimos la mayor parte del tiempo lanzándonos cosas o hablando de temas que no tenían nada que ver con los deberes. Al parecer tendré que terminar los deberes después o mañana en clase.

Miro la hora, las siete y diez.

-          Lou, ¿no tenías que irte sobre las siete? – le pregunto señalando el reloj de mi mesita de noche.

-          ¿Me estás echando? – se hace el sorprendido – ¿Estás echando a tu mejor amigo de tu propia casa? – exagera su tristeza.

-          ¡No! – empiezo a reír e intento cubrirme con un cojín de mi cama, ya me espero lo que va a pasar.

Lou se tira en mi cama y empieza a hacerme cosquillas. Sabe perfectamente que ese es mi punto débil. Cuando para sigue acurrucado a mi lado. Por un momento recuerdo todo lo que pasó entre nosotros y me dan ganas de acercarme y volver a besarle… ¡No! Noa, te tienes que controlar, es tu mejor amigo, ya pasó lo que tuvo que pasar y lo dejasteis porque vosotros queríais y ya está.

-          Bueno, yo ya me voy que mi madre me echará la bronca como llegue tarde – dice levantándose y recogiendo sus cosas.

-          Pero… ¿no decías que ella prefería que estuvieras fuera? – pregunta curiosa.

-          Sí, pero también quiere que la ayude, a veces no la entiendo, necesito independizarme ¡ya! – se pone la mochila al hombro.

-          Te propongo una cosa – se me acaba de ocurrir una de las mejores ideas que he tenido – cuando cumplamos los 18 nos iremos con Lisa a vivir juntos en algún sitio.

-          ¡Wow! Por una vez que se te ocurre una idea brillante, pero necesitamos dinero.

-          Pues trabajamos y ahorramos un poco durante el tiempo que nos queda y nos buscamos algún sitio que este a buen precio – digo mientras bajamos las escaleras.

-          Vale – finaliza el acuerdo.

Nos estrechamos las manos como si hubiéramos firmado un contrato. Tenemos que hablar con Lisa de esto a ver que dice, su opinión es la que decide todo.

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Buenaaas!!! Otro capítulo más!! Bieeeeeennnnn. Esto se está poniendo interesantisimo asdfghjklñ ¿no? Esperemos que os guste el capítulo y que voteis y dejeis algún comentario. 

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Dark Soul (Niall Horan Fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora