21 de diciembre de 2018
Día soleado en la ciudad de Tokio y con frío a la vez. Todo parece normal como cualquier día del año. Las personas acuden con rapidez a sus trabajos. Los autos pasan con prisa por las calles para llegar a tiempo a su debido destino.
Esto es lo que ocurren entre los miles de estudiantes de Japón cada mañana. El semblante de cierto pelirrojo denota sueño, quizá un poco de irritación por el desvelo. Sin embargo, no sospecha que este día será el que transforme su actitud.
Kagami Taiga no era un alumno especial con excelentes notas en la universidad GOM, sólo las suficientes para no suspender el año, el último; pero era el mejor del equipo de gastronomía y baloncesto. Aunque no lo crea, su pasión por estas áreas era rebosante. Sobre todo, era muy popular entre las chicas que se enamoraban cada vez que lo veían sonreír al hacer un platillo o encestar el balón en un partido.
Sin embargo, las muchachas de la escuela no tenían siquiera una oportunidad para acercarse de una manera amorosa al chico de ojos rubís. No sólo porque huía de ellas al percatarse de que lo seguían y acosaban. La razón suficiente para este rechazo tenía nombre y apellido: Aomine Daiki.
Un moreno de cabellos y ojos azules como el zafiro, capitán del equipo de artes marciales mixtas y otro de los principales jugadores en el basquetbol. Y, para desgracia de Taiga, su mejor amigo.
Pensando en su amor imposible, no se dio cuenta de un pequeño muchacho en que caminaba a su lado y con un cachorro de peluche oculto en la mochila -cortesía de su novio-.
- ¿Qué tanto piensas, Kagami?
Aunque pase el tiempo, nunca podrá dejar de asustarse un poquito, cuando uno de sus mejores amigos lo toma por sorpresa por la poca presencia que despide.
-En nada, Kuroko. Sólo pensando en que pronto nos separaremos. Ya sabes, nos queda poco tiempo de disfrutar nuestra vida de universitarios para ser unos trabajólicos adultos.
Kuroko lo miró por un largo rato. Era raro que Taiga pudiese tener esos pensamientos. No es que fuera un idiota que decía tonterías a cada rato, tenía sus momentos de estupidez, pero en esto momentos, pareciera que tuviera una epifanía sobre la vida.
- ¿Por qué de pronto dices esto? ¿No te está afectando el hambre?
-Idiota, yo queriendo charlar de algo serio y me sales con esto.
-Lo siento -murmuró el menor con su rostro indiferente- pero es extraño que digas esas palabras. Tu siempre expides felicidad por los poros.
-Siendo honesto, Kuroko, a veces nos viene a la mente muchas cosas que queremos hacer y no hay mucho tiempo para que las hagas.
- ¿Te refieres a algo o hablas de alguien?
El pelirrojo quedó de nuevo envuelto en su mente. Sin querer, toda esa palabrería era porque, en algún momento -hace minutos- tomó la decisión de decirle la verdad a Aomine, decirle sobre cómo se sentía estando junto a él, decirle sus sentimientos. Y, por otro lado, pesaba la idea de no hablar de su amor y resignarse a ser el mejor amigo.
-Me conoces, sabes sobre lo que siento por él, y tengo miedo. Estoy pensando sobre decirle lo que siento y al mismo tiempo, no quiero hablar, a lo mejor al confesarme, me rechaza o peor, no desea querer volver a verme.
- ¿Y cómo sabrás su reacción si te callas? El pesimismo no es para ti, sé positivo, a lo mejor y te topas con una sorpresa.
-Ajá, la sorpresa de que no me quiere en su vida.
- ¿Quién no te quiere en su vida, Tai?
El alma se le fue del cuerpo a Kagami al escuchar esa voz, una ronca y dulce a la vez.
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Diario de un amor imposible
FanfictionLo amo pero no es para mí Estoy enamorado de mi mejor amigo Este fanfic participa en el evento "Hikari Month" del grupo AoKAga 5x10"