El primer día

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Era una mañana algo especial, hoy comenzaban las clases y yo me encontraba en el baño de mi casa cepillando mis dientes, estaba algo ansioso por el comienzo de clases pero sobretodo nervioso, podía sentir ese típico revoloteo en mi estómago, era como si un millón de mariposas se hubiesen alojado allí y se encontraran volando sin parar, al terminar mi higiene matutina me dirigí a mi habitación la cual se encontraba subiendo las escaleras para poder arreglarme, una vez allí me coloqué el uniforme del Instituto y me miré en el espejo, para intentar relajarme respiré profundo y cerré mis ojos diciendo en voz alta.

-Calma Matías, todo saldrá bien.

Abrí los ojos y me dediqué a mi mismo una leve sonrisa, ahora todo comenzaría nuevamente, tener que hacer nuevos amigos (si de milagro lo conseguía), conocer nuevos profesores y afrontar a nuevos matones, al menos así eran todos los años, rápidamente bajé las escaleras y vi a mi madre la cual me esperaba con las llaves de la motocicleta en su mano, con ella todo estaba bastante raro e incómodo desde que le dije que me gustaban los chicos, de todos modos traté de actuar normal y besé su mejilla en forma de saludo, correspondiendo a mi saludo sonrió levemente y fuimos al vehículo, tras haber subido ella aceleró y nos fuimos de allí.
Ya en el Instituto bajé de la motocicleta y me despedí de mi madre moviendo mi mano en forma de despedida, me voltee y comencé a caminar con algo de torpeza en dirección a la puerta de vidrio del lugar, la empujé con suavidad haciendo que se abriera y entré, en aquel momento sentí que todas las miradas del lugar se dirigieron a mi, simplemente bajé la cabeza y me acerqué a Celina, la hija de una amiga de mi madre, ella era lo más cercano que tenía a un amigo, allí con ella me sentí un poco más aliviado, parecía que un gran peso había salido de encima mío.

-Buen día Celi.

Dije esas palabras con una pequeña sonrisa mientras la veía, ella sonrió marcando sus característicos oyuelos y respondió.

-Buen día Mati.

Decidí continuar el diálogo con algo bastante obvio como...

-Odio el primer día de clases, es horrible tener que conocer gente nueva, buscar un nuevo pupitre, tratar de encontrar el salón y rezar por que en tu clase no hayan cavernícolas imbéciles.

La chica un año menor que yo rió un poco, la conocía desde hace años y sabía que tanto como yo odiaba a los idiotas de micro cerebro al igual que odiaba el primer día de aula.

-Si, dímelo a mi que me tocó la misma clase que Ezquiel.

Ezequiel era un tarado que disfrutaba molestarnos siempre, a mi por el hecho de ser gay y a ella porque "se veía como un chico", como ya dije antes, un total idiota, nadie se fija en eso en el puto siglo XXI, rápidamente reí al oírla y dije.

-Pobre de ti, te compadezco amiga

Reí un poco y antes de que ella pudiera responder alguna tontería la directora me llamó, miréde reojo a Celina y me despedí con una sonrisa para después ir con la mujer, una vez con ella hizo una seña para que la siguiera y fue lo que hice, la señora me estaba llevando a mi salón, eso provocó el clímax de mis nervios, parecía que esas mariposas iban a romper mi estómago y saldrían volando por todo el Liceo, en pocos segundos me encontraba en la puerta de mi sala, en aquel momento la directora se fue sin decir nada, la verdad esa mujer era detestable pero volviendo al tema de mi clase, me encontraba paralizado con la mano en la manija de la puerta, no sabía si entrar o irme de allí y quedarme el resto del día en el patio, luego de unos cuantos segundos lo giré y entré con lentitud, no había ningún profesor en el lugar, sólo se encontraban allí varios alumnos, habían algunos que se me hacían conocidos como, Samantha, una chica rubia, de ojos marrones, piel blanca, estatura baja, complexión media se podría decir ya que no era delgada ni estaba pasada de peso, también estaba Alex, a ése chico lo conocía desde la escuela al igual que a la rubia de antes, él era delgado pero con un cuerpo algo definido, se podía notar de lejos que hacía algún tipo de deporte, era la misma estatura que yo, lo que quería decir que medía aproximadamente 1,88 metros, tenía dieciséis años, cabello castaño claro, ojos verdes y piel pálida la cual parecía nieve, por último conocía a Thomas el cual era moreno, tenía cabello negro, un cuerpo algo más musculoso que el del chico anterior, una estatura de unos 1,80 metros tal vez, ojos marrones pero más oscuros que los míos y cabello negro.
Mi mirada analizó rápidamente a cada uno de mis compañeros durante el período en el que estuve estático tras haber entrado, sacudi mi cabeza levemente y me dirigí a un asiento libre en el fondo, al llegar me senté y noté como a mi lado se sentaba la chica de ojos marrones que presenté antes seguido de ella Alex se sentó dos pupitres delante mío pero el lugar que nos separaba estaba vacío, por último el chico de cabello negro se sentó a la izquierda del que se encotnraba enfrente mío, mientras yo lo veía acomodarse noté el saludo de Alex, algo confundido miré a ambos lados para ver si había alguien más a quien pudiera saludar pero no, al parecer me saludaba a mi...

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