Capitulo 4.

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*Aun no quiero despertar…*

Observe como mi hermano pequeño abría la puerta y detrás de esa gran puerta color caoba apareció un muy preocupado Patrick que entro casi de inmediato saludando a Jhon y luego llego a donde yo estaba de pie con mi hermana pequeña, a veces suelo olvidar lo guapo que es Patrick, su cabello rojo desordenado y es tan pálido que parece hijo del lechero a decir verdad, sus ojos color verde a veces no me dejaban concentrarme, sus tiernas pecas en sus rostros hacen que se vean tan adorable, lo conozco desde que somos bebes, una voz interrumpe mis pensamientos.

-¿Ana te encuentras bien? 

-Si -contesto de manera cortes y trato de mantenerme tranquila, para que no sospeche nada-.

-No sabes cuánto me alegra poder verte.- Con una plena sonrisa en su rostro que hace que se noten sus hoyuelos-.

Siento que mi cara está ardiendo y enseguida estoy roja como un tomate, aunque no pueda verme lo sé por la sonrisa burlona que Patrick tiene en la cara.

-Te pones roja de la nada, ya veo porque tu abuela te dice colorada.-mis hermanos, Patrick y yo reímos un poco.

En ese momento escucho sonar el reloj y noto que ya es tarde y son las 10pm y mis hermanos se ven algo cansados, así que les digo que ya es hora de dormir. Ellos al principio se quejan porque no quieren dormir y quieren quedarse a jugar con Patrick, pero como es de esperar el sueño rápidamente los vence y les digo que vayan a alistarse para ir a dormir, ambos se despiden de Patrick y se dirigen al cuarto.

 Le digo a Patrick que me espere un segundo que iré a darle las buenas noches a ambos y enseguida volveré con él, le dedico una sonrisa algo torcida y en asiente de manera tranquila.

 Cuando llego al cuarto de mis hermanos ya están listos para dormir y ya dentro de las sabanas, me acerco de manera cuidadosa y le doy un beso en la frente a cada uno

-Buenas noches.-les digo-.

-Buenas noches.-dicen ambos al mismo tiempo-.

En lo que regreso a la sala encuentro a Patrick recostado en el mueble y se ve algo cansado.

-Hey! Patrick.

-Si Ana banana.

Como odio que me diga ese apodo pero logro tolerarlo porque sé que no lo hace con mala intención.

-¿Te quieres quedar a dormir hoy?

-Claro.

-Ya era algo habitual que Patrick se quedara en casa, mis padres le conocían desde siempre y también conocían a los padres de Patrick.

-¿Quieres hablar?- Pregunta Patrick mientras me mira fijamente a los ojos.

Me acercó de forma recelosa a él y le pregunto de que quiere hablar, el dura unos segundos en responder y tiene su mirada perdida, pero después de un momento él me dice:

-El supuesto accidente de tus padres.

Me siento a su lado y en lo único que puedo pensar es en los buenos momentos que tuve con mis padres y lo unidos que éramos los cinco. Recuerdos de la playa, cuando cumplí mis XV, son tanto que no me doy cuenta de cómo algunas lágrimas corren por mis mejillas y no trato de evitarlo porque desde siempre Patrick ha sido mi confidente al igual que yo.

-No sé qué hacer, los extraño y quiero que vuelvan pero sé que eso no va a pasar por mucho que así lo quiera.

Patrick me abrasa y dice de una manera calmada:

-Vine a ayudarte, cuenta conmigo en todo, siempre vendré y ni tendrás que llamarme.

Después de conversar con Patrick, le comento que mis abuelos vienen y que deben de llegar en un par de horas o tal vez un día.

El entiende porque después de todo es lo más lógico. De repente comienzo a sentir mucho sueño y observo el reloj y noto que ya son las 12 am y que llevamos un buen tiempo hablando y sin darnos cuenta ya es tarde.

Trato de moverme para ver a Patrick y noto que ya se ha quedado dormido y de lo calmado que se ve  mientras duerme es extraño pero me trasmite cierta paz y tranquilidad saber  que estoy con él y mejor aún saber que me encuentro aun entre sus brazos me hace sonreír de manera inmediata, veo que trajo su morral, saco una sabana. Así que me acomodo con mucho cuidado de no despertarlo, me aseguro de que haya quedado bien arropado, me termino de cubrir con la sabana, el cansancio y todo ese llanto me ha dejado exhausta a sí que me quedo dormida rápidamente junto a él. 

StriabusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora