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Los campistas salían a jugar y a divertirse con los demás, incluso iban a la cabaña del otro. Pero siempre estaba un chico que no salía, a veces estaba acostado en su cama; además no le había gustado mucho la idea de quedarse en un lugar donde estuviera gente, parecía un poco problemático.

— ¿Oigan chicos por qué ese chico no sale? Qué raro, parecía haberlo visto en la lista de campistas — Dijo un poco extrañada.

— ¿Hay una lista de campistas? — Preguntó Oscar, observando a la chica mientras ella formulaba una respuesta.

— Sí Oscar — Respondió la chica. —, pero creo que me da un mal presentimiento ese chico — Expulsó la chica avergonzada.

— No te asustes, estoy seguro de que el chico tiene algo de pena — Mencionó.

— Bueno está bien, tomaré tu consejo — Dijo ésta y puso una de sus manos para acomodar su sombrero.

— Muy bien, ¿Qué tal si vemos la lista de campistas? Puede ayudarnos a descubrir algo. — Cuestionó a sus amigos.

— ¡Está ahí! Pero no puedo alcanzarlo, vayámonos tengo sueño — Dijo el menor del grupo mientras los demás hallaban una manera de agarrar la lista.

— Pepper, decidimos socializar para no quedarnos solos, vamos hagamos una torre — Mencionó aconsejándolo.

— ¿Sé que hay que alcanzar eso, pero no podemos después? — Mostró con algo de flojera.

— No Pepper, tenemos que ir todos, sino ¿De qué otra manera podríamos alcanzar la hoja? — El chico señaló la hoja a punto de irse volando.

— ¡Ay no, se va! — Exclamó uno de los integrantes al ver que la hoja volaba.

— ¡La tengo! — Saltó el murciélago enfrente de los chicos sorpresivamente.

— ¡Gracias! ¿Ahora, nos puedes dar la lista por favor? — Cuestionó la chica levantando su mano hacia el objeto.

— C-claro... Aquí tienes — Respondió temblorosamente.

— ¿Gracias, este...? — Cuestionó esperando una respuesta.

— ¿M-Max, y tú?

— Me llamo Erizo, y ellos son mis amigos — Respondió.

— ¿Bueno, para qué querían ésta lista? — Preguntó incómodo.

— Bueno, es para — La chica comenzó a balbucear, no podían decirle que era para indagar sobre él. —... Es para ver si hay más campistas para hacer amigos — Contestó.

— Pero yo veo a todos aquí — Respondió extrañado.

— Es que también es para ver donde están nuestras cabañas — Explicó.

— Oye, hay letreros en las cabañas, ¿No los ves? — Cuestionó más a fondo para saber de qué trata su misión.

— No seas grosero, ¿Y si alguno de nosotros no sabe guiarse? Esto nos puede servir, y además, ¿Para qué quieres saber? — Preguntó indagando al sujeto.

— Es privado — Contestó.

— Entonces lo de nosotros también — Replicó.

— ¡Díganme que es lo que sucede! — Exclamó el chico cansado de preguntar.

— Así es, cuando nos digas primero lo que tú tramas con saber lo que hacemos — Replicó autoritaria.

— Olvídalo, seguro son estupideces — Habló incómodo y se encogió de hombros. Se volteó y se fue a su cabaña.

— ¿Qué tiene ese chico? — Cuestionó extrañada.

— Problemas con las personas, seguramente — Dijo Lucy, acomodando sus lentes observando al sujeto.

— Vayámonos, esto no tiene caso — Habló su mejor amigo y los dos se fueron a pasar el rato.

— Bueno, yo me voy al bosque — El menor fue al bosque pero alguien le tomó la mano.

— ¿Qué pasa? — Cuestionó de manera rápida.

— No creo que debas ir ahí, he visto a ese chico ir allá, actúa muy extraño — Mencionó la chica de lentes y fue con el panda a tomar algo.

— ¡Bueno me iré al comedor, adiós chicos!

— ¡Adiós! — Sacudieron la mano y los tres se fueron.

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Bueno, éste es el primer capítulo.

Espero que les guste, sin nada más que decir, me retiro.

 ♥¡Adiós! ♥

𝙉𝙤 𝙗𝙖𝙟𝙚𝙨 𝙡𝙖 𝙜𝙪𝙖𝙧𝙙𝙞𝙖Donde viven las historias. Descúbrelo ahora