Con lo Jin de por medio, todo eran lujos y derroches en dorado. Sus fiestas y sus casas —incluso su ropa— hacían daño a la vista con tanto brillo. Por desgracia, tenían mucho que ver con aquella boda, y por suerte la mano firme y el buen gusto de Yu ZiYuan habían evitado auténticas catástrofes. Aunque pudiera, Wei Ying no tenía ni una queja que expresar. Ni él ni su hermano, y mucho menos su novio, que estaba allí única y exclusivamente como acompañante. Y porque se lo había prometido hacía meses. En realidad, Lan Zhan no quería estar allí. No le gustaban las multitudes y no le gustaba el despilfarro, y ese banquete de bodas tenía dos de dos. Si no salía huyendo no era tanto por su impecable educación como por su pareja. Que todavía se estuviesen reconciliando por cierta riña que habían tenido hace un par de días, no implicaba que no fuese a estar ahí a su lado. Además, parecía feliz, y eso le encantaba mucho más de lo que era capaz de expresar.
-¡Shijie! -Exclamó Wei WuXian en dirección a la preciosa novia, arrastrando al de derecho con él. La psicóloga charlaba con sus padres con un pequeño A-Ling de un añito y medio, casi dos, escondido entre sus piernas y entre la vaporosa caída roja de su vestido-. ¡Mírate! ¡Estás deslumbrante!
Sonriendo, los hermanos se fundieron en un tierno abrazo. Jiang FengMian les dirigió una sonrisa, para luego asentir con la cabeza en dirección a Lan WangJi, muy educado. A poca distancia, la señora Yu alzó una ceja. Estaban tensos en la compañía ajena, pero ya no se tiraban platos a la cara abiertamente. Es más, Jiang FengMian incluso se atrevía a tomar la mano de su ex esposa, aunque esta a cada roce parecía querer desmembrarlo con la mirada. Si iba en serio eso de que se estaban replanteando volver, solo lo sabían ellos.
-Serás zalamero -Rio la novia-. No cuenta si me lo decís A-Cheng o tú.
-¿Solo cuenta si te lo dice tu marido?
-Puede. -Concedió ella con una sonrisilla sonrojada. Jin ZiXuan andaba por allí, no muy lejos, saludando a su propia familia. Jiang Cheng iba de camino a hablar con él. Si no le siguiese cayendo un poco bastante mal, habría rezado por sus piernas-. Me alegro muchísimo de que hayas venido, A-Xian.
-No me perdería tu día especial por nada del mundo.
-También me alegro mucho de ver lo bien acompañado que vienes. Es un placer verte, Lan WangJi.
-Lo mismo digo. Enhorabuena.
-Gracias.
De la familia Jiang, a ninguno se le pasó desapercibido el cómo la sonrisilla de Wei Ying se había tensado al escuchar a su novio hablar. Cuando el joven Lan se dirigió a sus suegros, lo hizo desde la cortesía más absoluta, pero incluso sin haberse conocido antes pudieron percibir que la pareja estaba en un altibajo de su relación.
-Señor Jiang, señora Yu, un placer conocerles.
-Lo mismo digo. -Habló FengMian sonriendo; miró tanto a su hijo como al futuro abogado sin perder en ningún momento la expresión amable-. A-Xian nos ha hablado mucho de ti.
-Tampoco tanto... -Masculló el de biomédica por lo bajo.
-Oh, vamos, me he enterado hasta yo de lo enamorados que estáis, y hace años que no hablo contigo. -Ladró Yu ZiYuan con su lengua viperina. A Wei WuXian no le quedó mas remedio que tragar saliva y posicionarse al lado de su novio, sin saber muy bien cómo enfrentarse a esa mujer-. Aunque, por lo que parece, a lo vuestro le queda poco.
-Querida...
-¿Qué? Mira sus caras. Están tan felices como yo.
-¡Mamá!
-Vale, vale, me controlo. -La señora Yu dejó escapar un bufido que no era conciliador del todo, pero con ella nunca se podía terminar de enterrar el hacha de guerra. Acto seguido, se retiró a la mesa a rellenarse la copa.
Con tantísimos invitados, no fue raro que tanto Jiang YanLi como Jiang FengMian tuvieran que abandonarles para ir a establecer más relaciones diplomáticas. A solas en un salón lleno de gente trajeada, Wei Ying se alargó para rozar con los labios la mejilla de su novio. Su beso no era más que una careta, pero su luminosa sonrisa tan bien fingida hizo que colase.
-Wei Ying...
-Alegra esa cara, Lan Zhan. Lo del otro día ya es agua pasada.
Que su tono fuese encantador y su sonrisa brillante fue quizá lo más inquietante de todo el mensaje.
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Kissing [WangXian] [Mo Dao Zu Shi fanfic]
Hayran KurguA veces los abrazos se quedan cortos. Los besos también suelen, por eso a Wei WuXian le gustaba tantísimo pasar a palabras mayores, pero los besos es verdad que suelen ser capaces de dar una mejor definición del estado de una relación. ¿Eran amigos...