Poco después de que su padre se había ido sonó el teléfono del departamento, Lucio no esperaba ninguna llamada, de hecho ni siquiera sabia que tenia un telefono, este se encontraba pegado a la pared, entre el refrigerador y la alacena.—Hola? —preguntó confundido.
—Buenas tardes, Lucio? te habla la directora Taner, como verás hemos encontrado algunos inconvenientes en tus papeles de ingreso y necesitamos la presencia de usted y de su padre ahora mismo, o antes de las seis de la tarde por favor.
—Verá directora, como sabrá mi padre es un hombre muy ocupado pero iré yo si no hay problema —respondió lucio con tono confundido
—Esta bien, aqui estaré y espero podamos solucionar este inconveniente. Muchas gracias, lo esperamos.
Todo le pareció muy raro, que papeles estaban mal? el y su padre siempre fueron muy cuidadosos en ese sentido, jamas cometían errores, sin embargo pensó que podia manejarlo y se dirigió a darse una ducha, para luego salir hacia la institución.
Una vez en camino y casi llegando no pudo evitar observar al viejo Gordon y a la directora hablando muy seriamente en la entrada del colegio, por lo que se propuso a pasar de ser percibido y acercarse lo mas posible hasta lograr escuchar algo de lo que murmuraban.
—Es el! estoy seguro, yo jamas olvido una cara cuando la veo.
—Todo el expediente indica que asi es, ni hablar de las fotos, aunque aun tengo mis dudas Gordon pero siento que hoy vamos a resolver este asunto del que tanto hemos trabajado, supongo que llego el dia que estuvimos esperando todo este tiempo, no es asi? —agregó la directora
—Asi es —respondió Gordon, que se lo notaba muy preocupado.
Lucio se encontraba detras de unos arbustos que terminaban justo en la entrada del edificio, lo que escuchó le parecio bastante confuso y no logro entender si estaban hablando de el, o no. Acaso sabrán...no puede ser, pensó. De reojo pudo captar que alguien desde el interior del edificio intentaba captar su atención desesperadamente, era Sabrina, que hacia señas como de que rodee el edificio hasta llegar a la parte de atrás sin que lo vean, Lucio pudo entenderla y asi lo hizo, siguió agachado por los arbustos hasta doblar en la esquina recorriendo los costados de la institución, hasta llegar así, a la parte de atrás, una vez ahí se encontró con Sabrina que rápidamente lo agarró de la camisa y al grito de ¡no hay tiempo!, lo fue llevando hacia los pinos.
—Saben todo de ti, mi abuela y todos ellos saben de ti! escuchame bien, una vez que cruces el portón debes subir a la colina, ellos no llegan ahi, tendrás bastante tiempo para pensar que hacer pero no vuelvas a tu casa —dijo sabrina con tono desesperado mientras observaba que el parámetro este cubierto
—Que? tu abuela? Taner es tu abuela? nunca lo hubiese imaginado —respondió Lucio tan tranquilo como si estuviese en una clase de yoga.
—Por dios Lucio, enfócate en lo importante, yo tambien se de ti acaso no lo ves? si alguien sabe que te ayudé a escapar estaré en serios problemas, dios no se que estoy haciendo, claro, aparte de arruinar el trabajo de años de mi familia y sus socios.
—Tranquila, puedes calmarte, que sabes de mi? —preguntó Lucio, aunque sabrina no parecia estar prestándole mucha atención.
—La colina esta maldita, ninguna persona bautizada por esta iglesia se anima a subir, es uno de los pocos lugares exentos de la cruz, pero supongo que eso no te afecta a ti. Escúchame bien, debes salir de la ciudad y ser mas precavido la proxima vez —agregó mientras destapaba un pequeño pozo que conducía al otro lado.
—Por qué me ayudas? —preguntó Lucio, no es la primera vez que debo escapar de algun lugar de esta manera
—Créeme, esta debe ser la primera vez que toda una secta religiosa anda atrás de ti, no deberías subestimar a mi familia y sus amigos, ahora vete, se te acaba el tiempo! y recuerda no vuelvas a tu casa, ellos ya deben estar ahí.
—Gracias, espero volver a verte!, supongo —respondió Lucio, que no parecía estar asustado. No era la primera que debía irse tan pronto como pudiera, ya estaba acostumbrado a desaparecer de un dia para el otro, abandonar lugares y amistades, aunque siempre fueron muy pocas.
—Yo espero que no, de hecho si algún dia nos volvemos a ver no seré tan amistosa, yo tambien soy parte de la secta de la que forma parte mi familia, por ende, tú eres de gran interés para nosotros, ahora vete!
—Ya veo, en ese caso, espero verte aún mas pronto Sabrina de la secta de las cruces rojas. Y sin perder mas tiempo se dirigió hacia la colina.