Prólogo

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EMMA

¡Al fin!

Los parciales de mi penúltimo ciclo de universidad habían terminado. Estaba agotada, los exámenes habían acabado con todas mis fuerzas. Mi único consuelo era saber que a penas llegará a mi casa podría dormir todo lo que quisiera. A pesar de todo valía la pena todo mi esfuerzo.

Cerré mi casillero y me dirigí a la puerta principal de la universidad. Habían varios chicos tirándose huevos y harina. Algunos se irían de viaje, así que no se verían por un buen tiempo. Todos estaban felices, tendríamos dos meses de vacaciones. ¡Dos!

Sonreí con diversión al ver a un chico lleno de pintura encima mientras corría con las manos hacia arriba por el estacionamiento.

—¡Em!— sentí como unos brazos me envolvían desde atrás.

—¡Hey!— era Sophie. Mi mejor amiga. Detrás de ella venía Austin saludándome. Le sonreí y la abracé de igual manera. 

—¿Irás con nosotros hoy?— pregunta.

—¿A dónde?— frunzo el ceño saltándome de sus brazos.

—¡A "Amnesia's Club"!— chilló emocionada. —¿No sabías? Varios chicos de la universidad irán. Eso significa... ¡Chicos guapos!— dijo con una mirada pícara.

—Sophie, realmente estoy muy cansada. A penas y he dormido por los exámenes. Además, tengo novio.— le di unas palmadas en el hombro y seguí caminando con Sophie y Austin detrás mío. —¡Y tú también lo tienes! Por si se te olvidó.—

—Bueno...— dijo con voz apagada. Me paré en seco y me di media vuelta mirándola expectante. —Ryan y yo...—

—¿Qué?— ella se quedó callada —No me digas... ¡¿Terminaron?!—

—¿Qué? ¡No! ¡Claro que no! Solo... Peleamos.— bajo la mirada apenada. —¡Es por eso que debes acompañarme hoy! ¡Necesito divertirme y olvidarme del tonto de Ryan! ¡Austin dile!—

Austin, quien había estado callado hasta el momento me miró y luego a Sophie. Como si estuviera en un debate mental.

—Si Em está cansada por los exámenes no creo que debas obligarla, Sophie.— se encogió de hombros y yo sonreí triunfadora.

—Bien, supongo que es el fin de nuestra pequeña discusión. Es hora de irme, mi momento de invernar ha llegado.— vi a lo lejos a Dylan apoyado en su auto esperándome con una sonrisa. Se veía tan guapo. —¡Adiós, chicos!—

Caminé animadamente hacia mi lindo y sexy novio. Al llegar a él me agarro de la cintura y me dio un beso. Sonreí en medio de este y me se paré un poco de él.

—¿Qué tienes pensado para hoy?— preguntó.

—Uhmm... Tenía pensado en dormir lo que queda del día. ¿Y tú?— acaricié su mentón con mis manos.

——¿En serio?— me miró incrédulo.

—Eh... ¿Si? ¿Cuál es el problema? No tengo nada que hacer después de todo.— me encogí de hombros.

Su mirada se entristeció y bajo la cabeza decaído. Yo lo miré tratando de entender que era lo que sucedía. ¿Qué le pasaba? Acaso... ¡Oh dios mío! Soy una estúpida. Soy una gran estúpida. ¿Cómo había podido olvidar que hoy cumplíamos 3 años de noviazgo?

—Perdóname. Dios, soy una tonta— lo tomé del mentón e hice que me mirara. —Realmente lo siento. Haremos lo que tú quieras. He estado muy estresada por los exámenes, sé que no es una excusa, solo... Lo siento.—

Bajé mi mirada y tomé sus manos. Alzó nuestras manos y se llevó las mías hasta sus labios y les dio un tierno beso. Esa simple acción hizo que se me derritiera el corazón. Y me sintiera aún peor.

—Está bien, no te preocupes. Yo también he estado estresado por los examenes.— me sonrió con dulzura, pero pude notar algo de tristeza en sus ojos.

—Si, pero no te olvidaste de que hoy cumplíamos 3 años.— suspiré —bien, haremos algo que a ti te guste.—

—Antes que todo... — se separó de mi y fue hacia la parte de atrás de su auto. Y abrió la maletera. —Ven.—

Caminé hacia él y ví lo que había dentro del auto. Di un grito de emoción al verlo. Dentro habían un montón de globos, osos pandas; mis favoritos, rosas y varias cajitas sorpresa que luego abriría. Lo que más me llamó la atención fue una caja grande en medio de todo. Lo miré y él hizo un ademán indicándome que la abriera.

Abrí la caja y de ella salieron un par de globos color celeste metálico. Los miré con asombro hasta que escuché un ladrido. Volví a mirar dentro de la caja y en medio de tantas serpentinas y rosas había un cachorrito con un moñito en el cuello. Volví a chillar y cogí al pequeñín entre mis brazos. Este me dio un lametón. Mi corazón se lleno de ternura, entonces, miré a Dylan. Realmente no lo merecía. Salté a sus brazos, con cuidado de no lastimar al cachorrito, y lo besé. Él era demasiado perfecto para mí.

—No te merezco.— le dije al borde de las lágrimas.

—Shhhh. Luego me lo compensarás.— besó mi frente y luego cerró la maletera. —Anda, vamos.—

Subimos al auto y nos dirigimos a mi casa. Me pasé todo el trayecto mimando a mi pequeño amigo. Mientras que Dylan bufaba cada que le decía algún apodo cursi a Oddie. Sip, estaba celoso. De un perro.

~~~~~

Me encontraba en mi habitación leyendo un libro recostada en mi cómoda cama. Me sentía tan relajada. Leer siempre me ha hecho sentir en paz. Pero esa paz terminó al momento que mi celular comenzó a sonar, dándome a entender que alguien me estaba llamando. Bufé y contesté la llamada.

—¿Qué ocurre?— dije.

¿Segura que no irás a la fiesta conmigo?— escuché decir a Sophie. Rodé los ojos.

—Si, Sophie. No iré.—

Por favor, Em. Hace tiempo que no sales con nosotros. Puedes traer a Dylan si así lo quieres. Pero ven.— suplicó.

—Sophie, realmente estoy cansada. Tienes a Austin, él te acompañara. Podemos salir mañana si quieres.— intenté convencerla.

Juro que será divertido. ¡Te estoy diciendo que puede traer a Dylan! Casi nunca te digo que lo hagas porque siempre me ignoras cuando él está.— juro que puedo imaginar el puchero que se ha formado en sus labios.

Bien, Sophie no era de suplicar a nadie. Ni a mí que soy su mejor amiga. A veces en serio me costaba decirle que no. Resoplé frustrada.

—Bien, iré. Pero me la debes.—

¡Siii! Gracias, gracias, gracias. ¡Eres la mejor!— chilló emocionada.

—Me debes una comida. Ya pensaré en que me invitarás.—

¡Si, si! ¡Lo que quieras!—

Como sea. Pasa por mí a las 8:00.— dije y colgué la llamada.

Miré el reloj en mi mesita de noche; 6:30 pm. Le envié un mensaje a Dylan preguntándole si quería venir conmigo a la fiesta. Él ama las fiestas, y como hoy cumplíamos tres años, supuse que sería bonito pasarla con él.

Mi sexy novio.♡
Sabes que amo las fiestas, cariño. ¿Por qué lo preguntas si quiera? Iré a tu casa a las 7:30. Te quiero. ❤

Sonreí y bloquee el celular. Dylan vendría a las 7:30, así que debía alistarme ya. Me levanté de la cama, cogí una toalla y me dirigí al baño.

Si me hubieran dicho que esta noche mi vida cambiaría por completo... Hubiera preferido creerles. 

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