- ¡Eres un idiota, di Angelo! - la voz de Will Solace resonó por toda la enfermería. El chico se veía histérico, con el pelo alborotado y los ojos casi saliendose de sus órbitas, mirando fijamente al hijo de Hades.
Este se veía mal. Su piel se transparentaba, parecía hecha de... sombras. Su cara, también transparente, tenía una mirada cansada y a la vez arrepentida.
Nico sabía que no debió haberlo hecho. Nico sabía que era una estupidez hacerlo. Sin embargo, lo hizo.
Todos se lo habían advertido, no debía usar sus poderes. Nico odiaba no usar sus poderes de hijo de Hades.
Demonios, demonios.
El sólo había salido un segundo del Campamento Mestizo, camino un poco por la orilla de la carretera y fue ahí cuando aparecieron los monstruos. No tenía fuerzas ni ganas para luchar y correr no era una opción, si quería salvar su vida debía intentar hacer un último viaje sombra.
Lo único que había logrado era poner histérico a Will y derretirse literalmente en las sombras.
Se sentía enfermo y cansado, hacia un gran esfuerzo por no cerrar los ojos.
Will no sabía como ayudarlo. Sólo podía observarlo horrorizado, viendo como su amigo iba desapareciendo lentamente.
Empezó a recorrer la enfermería, buscando algo que pudiera ayudarlo, le puso toda clase de ungüentos y cremas, le dio ambrosía y néctar, pero no servían de nada.
Sentía como el pánico empezaba a apoderarse de el, cuando recordó lo que le había dicho Nico: el entrenador Hedge había hecho alguna clase de medicina para salvar a Nico de la sombras. Justo el estado en el que se encontraba en ese momento.
Se acerco a Nico y acaricio su cabello, susurrándole al oído que volvería pronto y que por favor aguantara.
Después de lo que le pareció un largo rato, el y el entrenador Hedge entraron a la enfermería con el famoso ungüento. Will temblaba mientras veía al entrenador hacer su trabajo. Jamás se había sentido tan asustado en su vida, ni si quiera cuando Gea se había aparecido en el Campamento Mestizo, este era un miedo distinto y lo estaba matando.
Luego de que el entrenador Hedge terminara con lo suyo, miro a Will con preocupación, pero no dijo nada.
El hijo de Apolo se acerco rápidamente al lado de Nico, tomando su mano como pudo. El chico se había quedado inconsciente en algún momento. Will tenía tantas cosas que decirle, principalmente quería gritarle y regañarlo. Estaba esa posibilidad que Nico finalmente se hundiera en las sombras y Will jamás se perdonaría eso
- Eres un idiota. -repitió en un susurro el rubio- Te dije que no lo hicieras, te dije que eran Órdenes del doctor, pero tu eres demasiado terco -la voz se le entrecorto al decir esto último- Tienes que ponerte bien, ¿me oyes? No puedo perderte, Nico. No puedo. Eres la única maldita cosa buena que me queda. -cerro fuerte los ojos, tratando de reprimir las lágrimas- No me dejes.
Un sollozo involuntario escapo de su garganta y después de eso vinieron las lágrimas. Nico estaba empeorando.
- ¡Te amo, maldito idiota! ¡Te amo! - Will volvió a sollozar, sentía como su mundo se desmoronaba lentamente y por más que trataba de agarrarlo con sus manos, este se le escapaba una y otra vez.
Pero, antes de que pudiera decir otra cosa, algo estaba apretando su mano.
Bajo su vista y descubrió que no era algo, si no alguien. La mano de Nico estaba apretando la suya ligeramente.
Alzo su cabeza para poder mirar a Nico, sorprendido. Este tenía una pequeña sonrisa en su cara y tuvo que acercarse más para poder oír lo que dijo
- También te amo, Will
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Bueno, acabo de terminar de leer Blood of Olympus y esto fue lo que salió de mi cabeza. Amo Solangelo, no hace falta decir más, es mi OTP de ese fandom.
Y por eso me hubiera gustado que este fic saliera mejor, pero este fue el resultado.
Espero que les gusté c:
Camila
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Desesperación. » Solangelo
Romance- ¡Te amo, maldito idiota! ¡Te amo! - Will volvió a sollozar, sentía como su mundo se desmoronaba lentamente, Nico estaba empeorando.