One.

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El joven camina hacia su hogar, había sido un largo día en la universidad y lo único que quería era tirarse en su cama.

No era realmente un casa donde vivía, era un pequeño apartamento en el que empezó a vivir cuando entro a la universidad, hace ya un año, claro que al principio no tenía la idea de vivir solo pero ciertas circunstancias lo llevaron a eso.

Lo consideraba su hogar a pesar de que sólo él vivía ahí y estaba bien así o bueno antes de que cierto chico alto llegará a su vida.

Llegó hasta la puerta de su apartamento tomó la manija y abrió la puerta, no había necesidad de sacar sus llaves del bolsillo.

Dentro estaba él.

Se habían conocido hace unos meses, cuando Wooseok le gritaba al cielo sus plegarias pensando que alguien lo escucharía, casualmente el alto se le acercó diciendo que gritando solo hacia que los ángeles se enojaran.

–¿Cuál es la excusa de hoy?.

–Hoy no hay una, solo quería verte.

Ahi estaba él, sentando en el sofá individual leyendo un libro que había sacado de quién sabe dónde puesto el no poseía libros sobre eso en su hogar.

Cerro el libro, dirigió su mirada al recién llegado y sonrió, en verdad quería verle, sentía que se iba a morir si no lo veía llegar sano y salvo a su hogar, era un extraño sentimiento que se había formado en su interior al paso de los días y tal vez era por el cariño que le tomo a Wooseok.

–Bien, ya me viste ahora puedes irte.

–De hecho tenía pensado en le–.

–No, no, no, no vas a leer nada hoy, en este momento quiero acostarme–dijo interrumpiendo a Jinhyuk, quién hizo un puchero–no me vas a convencer de esa forma, sabes lo que opino sobre eso.

El alto solo suspiró, abrió el libro o mejor dicho la biblia y retomo su lectura, Wooseok se fue a su habitación asentando sus cosas aún lado de su cama para luego tirarse boca a bajo en esta.

Concilió el sueño fácilmente y es que ha sido así desde la llegada Jinhyuk a su vida, al principio no quería admitir lo que estaba viendo pero no podía negarse ante la realidad, Wooseok no creía en que algo tan hermoso haya bajado a la tierra por un simple humano como él.

Si bien no profesaba u seguía ninguna religión tampoco se consideraba ateo, aunque bueno hace unos años era un fiel creyente del señor.

¿Entonces por qué Dios no escuchó sus plegarias?.

–Pater noster qui in caelis es sanctificetur nomen tuum adveniat regnum tuum fiat voluntas tua sicut in caelo et in terra Panem nostrum quotidianum da nobis hodie

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Pater noster qui in caelis es sanctificetur nomen tuum adveniat regnum tuum fiat voluntas tua sicut in caelo et in terra Panem nostrum quotidianum da nobis hodie..

–No te servirá que sigas rezando–aquella voz que conocía perfectamente le interrumpió–él no te escuchará.

El ángel miró a Dongpyo con molestia no quería verle en ese momento y menos si estaba rezando pero el demonio tenía razón Dios no escucharía los rezos de un pecador.

–Debo intentarlo.

–Aun si el te escuchará arrepentirte de tu pecado no hará que vuelvas al cielo Seungwoo.

Odiaba que el demonio tuviera tanta razón, cometió un error al enredarse con ese chiquillo más de una vez, al caer en los juegos de un hijo de la lujuria.

Desde que fue expulsado del cielo Seungwoo empezó a rezar para que fuese perdonado, lo hacía día y noche, no obstante por alguna razón el demonio hacía acto de presencia y lo incitaba a pecar otro vez, como en ese momento que Dongpyo lo desnudaba con la mirada mientras mordía su labio inferior e imaginada tener al ángel sobre el de nuevo.

Seungwoo no caería en sus juegos otra vez.

No sé volvería un ángel caído.

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