Monster -Mateo Palacios y Karen Watson (3ra temporada)- Fanfiction

-Capítulo 31-

Karen: Nos gusta el sexo salvaje... -Liam soltó una pequeña risa, que no venía a cuento con el momento pero le dio risa pensarlo-

Mateo: ¿Cómo piensas decir eso? ¿Estás loca? -Volvió a reír-

Karen: Eso no está penalizado, no hay una ley que ponga cómo se puede o no hacer...

Mateo: Tienes razón...-Susurró.- Pero yo solo tengo marcas en la espalda... -Miré al reloj, eran las siete de la tarde-

Karen: Tenemos tiempo de sobra para hacerlas... -Le sonreí y él me devolvió la sonrisa. Esperaba que este plan funcionara-

Cambié a los niños de sitio acostándolos en la cama después de darles de comer y volví a bajar al salón dónde me esperaba Mateo

Mateo: ¿Por dónde empezamos?

Karen: Pareces principiante en esto... -Me mofé- Ponte en bóxer.

Mateo accedió a hacerlo. Me senté a su lado y empecé a succionarle el cuello con fuerza. Mateo mientras intentaba relajar su respiración acariciaba mi cadera suavemente. Sabía que le gustaría que esto fuera a más. Paré de succionar un rato después y lo miré.

Mateo: ¿Es grande? -Susurró ronco-

Karen: Lo suficiente –Sonreí-

Mateo: Muérdeme...

Accedí, le mordí el pecho, el brazo derecho y los abdominales. Intenté apretar lo más fuerte que pude sus brazos para dejar marcadas mis manos en ellos.

Karen: Ponte encima mía... -Le dije tumbando mi cuerpo hacia atrás- Así sé más o menos dónde tengo que araña...

Mateo: todas estas cosas no me las haces cuando vamos al tema...

Karen: Porque casi nunca terminamos... -Dije incrédula. El se puso entre mis piernas y sentí su bulto golpear mi entrepierna. Tragué saliva- ¿Estás...?

Mateo: Un poco... -Dijo manteniendo su mirada firme en mis labios-

Sin decir nada más pasé mis manos tras su espalda y arañé desde el omóplato hasta el final de su espalda. Él suspiró. Clavé también mis uñas en su trasero. Después acerqué mis labios a los suyos y mordí dejando una clara marca a la que él respondió con un gemido.

Karen: Creo que esto valdrá... -Susurré cerca de su cara-

Mateo: No, no vale... -Dijo ronco y dejó caer un poco su cuerpo sobre mí- Quiero más -Hundió sus labios en mi cuello besando cada parte de él-

Karen: Mateo...-Dije con una pequeña sonrisa en la cara- No empieces lo que no podremos acabar...

Mateo: Solo será un ratito... Como un juego... -Dijo bajando sus besos por mi pecho. Siguió bajando sus besos hasta mi pantalón, cual retiró. Mantenía sus ojos cerrados mientras besaba cada parte de mi cuerpo. Yo mientras lo miraba mordiéndome el labio. Besó mis muslos, mi vientre e intentó quitar mis braguitas. Me levanté rápidamente en ese momento empujando su cuerpo con fuerza contra el sillón y tumbándome sobre él- ¿Qué haces? -Dijo sorprendido-

Karen: Siempre llevas tú el control de esto, hoy voy a ser yo...

Mateo: ¿Tú? -Dijo acariciando mi trasero- Es decir, ¿Me vas a hacer tuyo?

Karen: Sí, sólo mío... -dije besando con fuerza sus labios. Mantuvo sus manos en mi cadera y suavemente comencé a moverme sobre él. Pasé mis manos tras su cuello y lo atraje a mí con fuerza sin dejar de moverme sobre él. Me di cuenta de que aún tenía la blusa puesta, paré de besarlo y con un suave desliz me la quité y la lancé sobre la mesa. Después me desabroché el sujetador y él siguió con su mirada mis pechos. Me recosté sobre él y seguí besando sus labios. Con mi mano derecha recorrí desde su cuello hasta su miembro, entrando dentro de sus bóxers y lo acaricié. Él suspiró con fuerza-

Mateo: Estás juguetona... -Habló con la voz más ronca que antes-

Karen: Lo sé...-Musité. Moviendo mi mano bajo su boxer, varios suspiros escaparon por su boca. Mantenía mi mirada en la suya, clavada. Él puso sus manos tras su cabeza y disfrutó del momento. Con la misma mano, bajé lentamente el bóxer y con su ayuda lo quité. Después me puse de pie he hice lo mismo con mis braguitas mientras él se sentaba cómodamente en el sillón-

Mateo: Ven...-Dijo ronco cuando terminé- No me hagas esperar más...

*A partir de aquí no hace falta especificar que pasa*

Sentí como se acababa en mí y me terminé en ese instante. Mateo me pegó a su pecho mientras salía de mí y se tumbó recostandome en su pecho jadeante.

Mateo: no dejas de sorprenderme... -apoyo su mano en mi espalda y la acaricio-

Karen: lo se... -bese su pecho y lleve mi vista a la ventana, de la cual sobresalia una cara cubierta con un pasamontañas negro. Ambos quedamos mirándonos durante los que me parecieron minutos- ¡Mateo! –grite arrinconándome en el sofá- ¡alguien estaba mirándonos desde la ventana!

Mateo: joder... -se levanto y con solo ponerse el pantalón salio al jardín a buscarlo-