Había conseguido su meta de ser actriz, bueno... estaba en ello. Ya había actuado en varios programas y obras teatrales con anterioridad, sin embargo esta era su primera oportunidad de conseguir un papel en una película cinematográfica, y aunque no era demasiado relevante tampoco pasaría desapercibida.
Pasó el resto del día con una sensación extraña a la que no hizo caso ya que ocupó su tiempo en ensayar el papel una y otra vez. Ya se lo sabía a la perfección.
Qué rápido transcurrió el día ensayando y pegando brincos por aquí y por allá cual canguro como método de canalizar su emoción y de aprenderse el guion.
Como tenía la audición la mañana siguiente y quería estar bien descansada se dio una relajante ducha tras lo cual se acostó en su cama para dormir. Llevaba un tiempo con dificultades para quedarse dormida y todo por unos constantes pitidos que oía siempre que se acostaba y todo estaba en completo silencio.
-I got this feeling on the summer day when you whe...-apagó el despertador de su longevo smartphone, era casi el Matusalén de los móviles y eso era equivalente a un milagro (ya se sabe que están diseñados para que se rompan en 2-3 años).
Como todas las mañanas siguió su ritual de ir al baño, asearse, volver a la habitación para vestirse y peinarse dejando suelto su cabello ondulado, tomar un tentempié y conducir su Mini Cooper blanco; no es que fuera el coche de sus sueños pero se contentaba con él, sobretodo a la hora de aparcar. En Londres solía ir en bici o transporte público, aquello era una auténtica locura a la que con el tiempo acabó acostumbrándose tras tres años. En el fondo siempre le resultó divertido, no sólo estresante.
Ésta vez el atasco de siempre se la hizo eterno, ni con la música puesta fue más ameno, probablemente por los nervios.
Al fin llegó al casting. ¡Aleluya!
Era su turno, el momento de brillar, de ser otra persona. Los nervios la hacían tiritar como si no hubiera mañana, ni pasando frío temblaba tanto; pero su concentración era tal después de tanto trabajo que consiguió tranquilizar sus espasmos. Cerró los ojos, apretando los puños, respiró y soltó suavemente el aire de sus pulmones.
Lista para empezar.
Una vez finalizó su parte en la prueba un asistente con aires de supremacía llamado Yves la dijo cuando acabó:
—Has estado muy bien, mañana vuelve que vamos a prepararte.
Se quedó petrificada, ¿significaba eso que la habían cogido?
—Adiós, ya puedes irte, ¡venga! —farfulló Yves haciendo un gesto de repulsión con la mano. Quién se creía que era, por favor.
—Ah, sí...adiós —Se marchó incrédula de allí, con la competencia que tenía y la habían escogido a ella de entre las demás conocidas actrices. Realmente todavía no tenía del todo claro si la habían escogido de fijo pero con la emoción ni siquiera pensó en ello ni en la actitud del Yves aquel.
Volvió al coche y, de entre todas las opciones que tenía para celebrarlo con su peculiar modestia, escogió ir al centro a dar una vuelta, así aprovecharía a distraerse un poco. Una vez allí decidió entrar en una tienda y regalarse algo, no la gustaba nada lo de ir de compras pero ese día se permitió una excepción, consideró que la ocasión lo merecía.
Finalmente compró unas converse amarillas, por fin; y una sudadera dos tallas más grande, como a ella le gustaban. Regresó al coche para ir al supermercado a por comida para los próximos tres días, nada fuera de la rutina.
Algo de carne, algo de fruta, y todo eso. Pero todo bonito, como solía decir, refiriéndose a que la fruta no tuviera golpes o manchas marrones o cualquier imperfección. Podría decirse que era quisquillosa, o quizá un poco maniática, según se mire.
Qué bien, no había nadie en la cola, ¿era aquel su día de suerte? Sí que lo era, como es obvio ella no tenía ni idea, además no fue su único día de suerte y como todos sabemos en cualquier momento puede tornarse.
Justo cuando estaba saliendo de la puerta del súper, alguien se chocó con ella. La verdad es que fue casi tan doloroso como chocarse con una roca, esa persona de fijo frecuentaba el gimnasio o hacia mucho deporte. Parecía mayor que ella, rondaba los treinta o lo que es igual la sacaba unos siete años más o menos, era rubio-castaño y tenía unos bonitos ojos azules en los que apenas se fijó.
—Perdón, no te había visto — se disculpó él mientras se agachaba para recoger las bolsas de la compra que con el choque ella soltó, a lo que la protagonista respondió mientras se apartaba un poco con disimulo (sentía agobio al estar tan cerca de la gente, específicamente de desconocidos).
—La próxima vez estate más atento y mira al frente, o como mínimo vete acolchado....— reprochó molesta mientras se agachó a recoger sus bolsas.
El chico se río por lo último que dijo ella y presumió de bíceps.
—Veré que puedo hacer y lo siento, en serio —dijo él, mientras terminaba de ayudarla a recoger bolsas de la compra.
—Da igual, déjalo, no hace falta que me ayudes—insistió cogiendo sus bolsas.
—Insisto, trae que te ayudo— le quitó la compra en un intento de parecer un caballero.
—Gracias, pero ya podía yo sola —contestó rendida porque se dio cuenta del cómico intento de caballerismo por parte de él, así que le dejó— si insistes...— por alguna razón se fiaba del joven, algo insólito en ella.
Se fue hacia su coche y él persiguiendo a la chica dijo:
—Espero que volvamos a vernos, mylady — eso sonaba mejor en su cabeza y casi se arrepintió de decirlo.
La joven se giró y abrió la boca con intención de contestarle pero decidió no hacerlo, se limitó a sonreír amablemente y a coger su compra una vez más, mientras él se la quedó mirando sin moverse hasta que ella subió al coche.
En la carretera de camino a casa:
—Un día difícil de olvidar...
— Como el chico de antes, ¿eh?
—No puedo dejar de pensar en lo de mañana, es mucha emoción y no quiero hacerme ilusiones...
—Buen intento, pero sigues pensando en él, o seguimos.
—Esto de hablar con uno mismo no es sano...
— Yo que tú me lo miraría...
— ¡Está bien! Ya es suficiente —encendió la radio dando por terminado su monólogo antes de desviarse para ir al manicomio.
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Una Vida Soñada. I © (TERMINADA)
FanfictionComo suele decirse "demasiado bonito para ser verdad". La vida la sonríe, y mucho. Sin embargo, no todo es rosa, hay algo oculto, algo extraño de lo que no Ella hace caso. Chris Evans será la parte más o menos buena de su historia. Todos los derecho...