"El honor antes que la vida"

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Capítulo 3: El honor antes que la vida.

El rey John estaba bien, la herida fue curada con cuidado. El lugar donde estaban sus padres era tan deprimente y tan poco real para ellos, Sam sentía tristeza con solo verlos ahí como cualquier miserable preso de las mazmorras. Por lo menos había luz, ya que era la única diferencia de estar presos en la torre y no en los calabozos del castillo.

—¿Cómo está Dean? —preguntó la reina Mary.

—Bien, mamá, no te preocupes por nosotros. Estaremos bien.

—¿Cuándo es la ejecución? —preguntó su padre.

Sam quedó en silencio, pero tragó saliva.

—No habrá ejecución pública. Ustedes vivirán en honra.

—¡Qué! —dijeron sus papás al mismo tiempo.

—Acepté ser el Consorte Real de Lucifer. Él me aseguró sus vidas, pero dejarán de ser reyes de Winchester.

—¿Consorte Real de Lucifer? —murmuró su padre.

Ambos parecían en shock.

—¿Y Dean? ¿Qué pasará con Dean? —preguntó su mamá asustada.

—Él no puede heredar el reino, porque está en manos de los Novak, pero, le permitirá quedarse en Winchester.

—¿Todo eso si eras Consorte Real? —preguntó su mamá asombrada.

—No, eso no puede ser —dijo el rey derrotado.

Los dos lo miraron y Sam retiró la vista cuando se fijó en él.

—Hay otra cosa, ¿no? —preguntó el rey.

Sam tuvo que decirles lo de Dean, quien también sería un consorte de uno de los hermanos de Lucifer. La noticia afectó demasiado a sus padres.

—Lo dejé pensando, pero él decidirá. Papá, mamá, yo...

—Harás lo que él decida, ¿no? —preguntó su papá.

—Haremos —aseguró su mamá.

—Es mejor una muerte honrosa. De seguro Dean elegirá eso —dijo muy seguro su papá.

La verdad es que ninguno de ellos dos, sabía que Sam entregó su honra a Lucifer y si decidían suicidarse, todos quedarían manchados. Debía decirlo, pero no pudo hacerlo, demasiado vergonzoso.

—Es mejor esperar a Dean. Ser un Consorte Real es también un privilegio, que los príncipes podemos tomar —dijo Sam, tratando de convencer a sus papás.

—¿En verdad quieres ser Consorte de Lucifer? —dijo su papá asombrado.

La mamá lo miró serio.

—No tiene nada de malo. De todas formas soy el segundo príncipe y mi deber es formar alianzas extranjeras con otros reinos mediante el matrimonio. Lucifer es poderoso y monarca del Imperio del Sur. Creo que seré bastante poderoso.

El rey suspiró.

—Bueno, hijo tú siempre has sido pragmático, ¿qué puedo decir? Me hubiera gustado que te casaras con alguien que amaras, pero, no estamos en condiciones de esperar eso.

Era una gran tristeza que Sam no soportó mucho.

—Papá, mamá, no se aflijan por ello. Como saben si logro ser feliz. Lucifer no es tan malo como parece.

—¿Qué no es tan malo? —dijeron los padres al mismo tiempo, extrañados.

—Bueno, este, sí, yo digo...

El Príncipe Cautivo (Destiel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora