I. Insomnio

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La noche era preciosa, la luna estaba en su punto más alto y las estrellas brillaban tan lejanas y sublimes como siempre, el viento otoñal llevaba consigo el aroma de hojas secas y tierra humeda mientras sacudía con suavidad las ramas de los árboles de glicinias provocando que algunos de sus pétalos purpureos cayesen en una armoniosa danza al suelo, y a pesar de tan magnífica vista, el joven de cabellos rojizos no podía borrar la expresión de preocupación de su rostro mientras contemplaba aquel espectáculo.

Y es que el joven Kamado Tanjiro una vez más se había quedado despierto hasta tarde sumido en sus pensamientos, ¿cuánto tiempo llevaba haciendo aquello? ¿Tres semanas? Tal vez más, ya había perdido la cuenta de las noches en que su pecho ardía con emociones tan poderosas que lo quemaban por dentro en un remolino esporádico que lo forzaba a levantarse de su futon y salir al jardín de la estancia de las mariposas para intentar de esa manera despejar aquella abrumadora sensación y sobretodo para intentar convencerse a sí mismo de que la causa (o bien el causante en este caso) de sus males no era nada más y nada menos que el estrés. Más mirando dentro de su corazón, siempre terminaba topandose de una u otra forma con aquellos salvajes ojos color esmeralda junto con aquellas angelicales facciones que perforaban en su fachada de serenidad y lo llevaban de nuevo a la misma conclusión como si se tratase de algún tipo de conjuro, así es, el verdadero causante del tormento del muchacho no era otro que su compañero, su amigo, su preciado Hashibira Inosuke, el destino es bastante curioso en cuanto a sus caprichosas conclusiones y esa en específico era una que el espadachín temía y amaba al mismo tiempo.

Nunca supo cómo pasó, fue algo demasiado abrupto para el notar como sin razón alguna sus ojos siempre terminaban posandose en la figura del de cabellos negros, o como su corazón siempre se conmocionaba al escuchar la voz gruesa del chico al reír o al pronunciar su nombre, pero tenia la certeza de que su impulsivo contrario había robado su corazón por completo y no hubiese habido nada mejor en el mundo para el de no ser por un pequeño detalle.

Si le revelaba sus sentimientos, ¿le corresponderia?

Para empezar Inosuke no poseía conocimiento de la amplia gama de emociones que los humanos poseen añadiendo los conceptos y actitudes que una persona comúnmente usaría para dar a entender que gusta de alguien, por supuesto podría explicarle de qué va todo ello pero en ese caso tampoco tenía la certeza de que sus sentimientos fueran a ser correspondidos y no quería que las cosas se pusieran incómodas entre ambos. Los pensamientos apresurados de Tanjiro fueron interrumpidos por la sensación de un suave tirón en su haori lo cual lo hizo voltear a ver tras de si encontrándose con su pequeña hermana Nezuko, llevaba una expresión somnolienta y preocupada en el rostro y en sus ojos rosados la intriga se hizo presente, el mayor se tranquilizó al instante ya que había creído por un momento que se trataba de alguien más, con ella el se sentía lo suficientemente seguro como para hablar de sus problemas incluso si no recibía respuesta alguna de la chica, siempre había sido asi.

-Oh, lo lamento Nezuko, no era mi intención despertarte...- Comenzó el chico recorriendose un poco para que así su hermana pudiese sentarse a su lado, lo cual fue justamente lo que hizo, dejándose caer con suavidad al lado del pelirrojo y moviendo sus piernas colgantes de manera infantil mientras escuchaba. -Es solo que tengo demasiadas cosas en que pensar... No puedo simplemente decirle a Inosuke la manera en la que me siento por el, pero tampoco quiero quedarme callado. ¿Que debería hacer?- El tono de frustración en su voz causó que Nezuko instintivamente lo abrazara y le diera palmaditas en la cabeza dándole a entender que estaba ahí para el, pero a pesar de que Tanjiro se sentía algo aliviado por ello, necesitaba alguna otra manera de poder hacer salir sus emociones.

Y ahí fue cuando tuvo la más grande idea que se le hubiese podido ocurrir, dando una alegre sonrisa abrazo a la demonio. - ¡Eso es Nezuko! Si no puedo decírselo, puedo escribirlo- Exclamó con gran emoción, llevaría un diario como lo había hecho antes, pero en lugar de reportes escribiría todas las cosas que le quería decir al azabache todos los días sin falta como si se lo estuviera diciendo de frente, tal vez de esa manera lograría finalmente sentirse mejor consigo mismo, y ya que Inosuke no sabía leer no podría enterarse de lo que hacía ni siquiera si estuviese escribiendo frente a él, era simplemente el plan perfecto. La de ojos rosas no terminaba de entender la situación, pero el simple hecho de que su hermano sonriera nuevamente le bastaba para alegrarse igualmente, así que levantándose volvió a tirar de la ropa de Tanjirou señalando el interior de la casa, al parecer quería que regresarán a dormir a lo que este respondió con una gentil risa. - Por supuesto, regresemos, mañana sera un interesante día- Finalizó el chico imitando a Nezuko y levantándose, siguiéndole al interior del recinto para ir a la habitación donde se encontraban las camas de los huéspedes, pasó con la mayor cautela posible por enfrente de sus durmientes compañeros dando una mirada fugaz en dirección a Inosuke para luego sentarse sobre su cama mientras la demonio se encogia y se metía dentro de su caja para volver a conciliar el sueño, después Tanjiro finalmente se recosto y se cubrió con las suaves sábanas dando un suspiro de alivio, cerrando sus ojos y relajandose al pensar que probablemente ya había encontrado la solución a sus problemas hasta que finalmente cayó en un profundo y bien merecido sueño.

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NA: Bien! Este es el primer fanfic que voy a escribir! Los capítulos van a ser tan largos como pueda hacerlos, ojalá que les guste y se queden conmigo durante toda la historia, tengo muchas cosas planeadas, gracias por su tiempo!

Diario del corazón. [[KnY Inosuke X Tanjiro]] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora